Situado en el corazón de Palma de Mallorca, entre edificios de diferentes alturas y tipologías, el proyecto responde al entorno con un volumen fragmentado, y se integra respetuosamente en la trama urbana a través de la continuidad visual y los materiales locales. El proyecto se diseñó siguiendo los estándares Passivhaus para conseguir una máxima eficiencia energética y una demanda de climatización de tan solo 15kWh/(m2a). De esta forma se reducen hasta en casi un 90% las necesidades de climatización y refrigeración respecto a una edificación convencional. Este modo de construcción está encuadrado en la certificación de edificio de consumo de energía casi nulo (nZEB).
Un patio con diferentes niveles funciona como un pulmón interior de vegetación y árboles que conecta hacia arriba hasta las terrazas ajardinadas con piscina en las plantas cuarta, sexta y octava. En el jardín del patio, una suave cascada de agua salta a la planta inferior refrescando el patio en verano por evapotranspiración y creando una relajante acústica. Este patio proporciona asimismo iluminación y vegetación al sótano donde se ubican la piscina, el gimnasio y el spa comunitario, convirtiéndose en un eje vertical colectivo que unifica la vegetación del edificio y permite la ventilación cruzada a través del jardín en todas las viviendas.
Dos tipos de envolvente definen el exterior del conjunto. En el chaflán hacia el paseo Mallorca, donde se sitúan las zonas de día de las viviendas, una fachada doble con grandes acristalamientos, que permite aprovechar las vistas y el soleamiento, está protegida por una piel sensible de paneles móviles de lamas de madera que bloquea el sol en verano y lo aprovecha en invierno, y que actúa como transición entre la vivienda y su entorno. Se trata de un velo orgánico, permeable y cambiante, un filtro solar modulador de luces y sombras que se adapta a las diferentes necesidades climatológicas y que, unido a una ventilación cruzada y a un sistema de recuperación de calor, es clave para proporcionar una máxima eficiencia energética al edificio. El segundo tipo de envolvente se encuentra en las zonas perimetrales, frente a las calles más tranquilas. Se trata de una fachada sólida de paneles de concreto (GRC) con diferentes texturas y ritmos impresos, que protege las áreas de dormitorios.
Se han utilizado materiales naturales y locales, enfatizando la esencia mediterránea. Nogal francés en puertas; cedro y roble seleccionado en armarios; enlucidos tradicionales de cal en paredes y techos; lavabos macizos de piedra local; o piezas de bronce envejecido definen los interiores de las viviendas.