El proyecto ganador del concurso público para la reconversión de la antigua cárcel de Valparaíso logra transformar este espacio de reclusión en un espacio integrador en sí mismo y con la ciudad. El lugar, reconocido como el mayor plano horizontal de los cerros de Valparaíso, se despeja para convertirse en el centro de la nueva propuesta.
En la explanada se sembraron 400 árboles en retícula para dar estructura a las edificaciones que se conservan o se construyen en el nuevo conjunto. En los encuentros de este horizonte renovado y las pendientes del cerro, conocido como “cerro cárcel”, surge un paseo que atraviesa el parque balconeado, que a la vez se incorpora a la red de paseos de la ciudad.
Parte de las antiguas edificaciones carcelarias se conserva en apariencia con nuevos usos que se comunican de manera directa con el plano central despejado.
En el sector más alto del terreno surge la edificación que contiene los 8,500 m2 del nuevo programa. Este brazo será el elemento figurativo y representativo de la intervención. Se presenta como un volumen cerrado que se levanta del suelo sobre una serie de planos estructurales apoyados puntualmente sobre la superficie plana. La solidez de estos apoyos le confiere al brazo programático vistas privilegiadas de la ciudad portuaria y permite dimensionar la escala del plano horizontal que constituye el Parque Cultural.