Se define como la inserción de un edificio moderno y sensible a su contexto físico de gran valor histórico. Desde su concepción como edificio público, representa una oportunidad para revitalizar y regenerar la zona del centro histórico de Mérida.
Su valor agregado es haber introducido en su programa plazas y corredores de libre circulación, que se han convertido en una extensión del espacio público de la ciudad. Se propuso hundir el Museo de la Música Popular Mexicana y elevar la sala de conciertos respecto al nivel de la calle, para crear un patio abierto y una terraza techada de escala urbana.
Su implantación en el sitio busca ser al mismo tiempo un catalizador del espacio público y un medio para la puesta en valor del patrimonio arquitectónico circundante. Se pretende fortalecer el sentido de pertenencia de la ciudadanía no solo con el Palacio de la Música Mexicana, sino también con el corazón de la ciudad, al inyectar vida pública al proyecto con una experiencia democrática a favor del ciudadano.