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Obras

Pabellón del desierto

Pabellón del desierto

Nombre del proyecto

  • Pabellón del Desierto ISAD

Institución

  • Instituto Superior de Arquitectura y Diseño de Chihuahua ISAD

Conceptualización

  • Rodrigo Seáñez, Federico Campos, Miguel Corral, Karina Manríquez, Sergio Enríquez, Miguel Heredia, Juan Castillo

Asesores Taller del Desierto 2017

  • Luiso Maís Galán, Rodrigo Seáñez, Miguel Villalba, Juan Castillo

Construcción

  • Juan Castillo, Cesar Carrillo

Montaje

  • Susana San Juan, Daniel Torres, Gerardo García, Mariano Martínez, Alexis Pereda, Manuel Escalante, Karen Beltrán, Luis Fernando Galván, Federico Campos, Rodrigo Seáñez, Juan Castillo

Diseño Gráfico

  • Cassandra Ontiveros

Fotografía

  • Adlai Pulido

Patrocinadores

  • Fundación Grupo Bafar, IHO Espacios, Materiales Américas, Kalisch Acero

Año

  • 2018

 

Cada verano el ISAD lleva acabo el Taller del Desierto, donde estudiantes diseñan y construyen una intervención para un espacio público determinado. En 2017 se propuso el pabellón llamado Manos a mi Parque en una zona en la periferia al norte de la ciudad de Chihuahua. El programa arquitectónico para la intervención fue tomado a partir de un ejercicio de diagnóstico participativo con habitantes de la colonia. La respuesta de diseño fue planteada como una serie de estructuras metálicas moduladas para contener mobiliario y soportar un pergolado construido también a base de tarimas de madera reutilizada, la disposición final de los módulos generaron una especie de pórtico dentro de este parque de precarias condiciones.

Explotando el valor de ser una acción replicable y adaptable, para el Festival de Arquitectura Ciudad Mextrópoli 2018 se presentó una variante de aquel ejercicio, en una intervención también temporal sobre el jardín público más antiguo de América, la Alameda Central.

La propuesta trata de dos bloques dispuestos en respuesta al entorno del kiosco de la Alameda, creando un nuevo espacio con las bancas circulares existentes en el lugar. Su ubicación potencializa los eventos y expresiones culturales, así como genera un nuevo ritmo de encuentro para los paseantes. Un tercer módulo se coloca de forma perpendicular al kiosco en el corredor que le une con la fuente de las Américas y el Hemiciclo a Juárez, funcionando como receptor de las personas que acuden o atraviesan el sitio.

Los módulos se pintan de color verde para contrastar con cualquier contexto: el desierto o las jacarandas y tonos grises de la cantera y mármol de la Alameda. El pabellón utiliza materiales industriales y de reuso, construyendo también mobiliario que complemente y potencialice distintas formas de estar; los usuarios se han apropiado de el utilizándolo como punto de encuentro social.