El proyecto se localiza en el pueblo de Tequila, Jalisco, caracterizado por la industria que da vida a la bebida del mismo nombre. El edificio funciona de manera diferente a la tipología de oficinas.
Los espacios están distribuidos en un solo nivel, en volúmenes modulados y dispuestos a lo largo del terreno. Estos módulos se encuentran articulados por un pasillo que además de conectar los espacios de trabajo funge como un área de trabajo informal y de encuentro casual entre los trabajadores.
El proyecto toma como referencia los patios y jardines de las casonas o las haciendas, y los incorpora para dar frescura a las distintas estancias y ofrecer vistas. El contexto, caracterizado por la abundancia de accidentes geográficos en donde predomina la piedra, inspiró la materialidad exterior del edificio. La gama de materiales es reducida. Se limita al acero y cristal para el pasillo conector, madera para la mayoría de los interiores y piedra para el recubrimiento exterior de los volúmenes.