Murillo 1665 es el resultado de la colaboración entre el arquitecto uruguayo Santiago Fernández y la arquitecta brasileña Candida Tabet. El reto de este proyecto era situar cinco casas dúplex de 200m2 en un terreno haciendo la mínima interferencia con su entorno arbolado existente maximizando así su armonía con la naturaleza.
Una de las principales prioridades de este proyecto era mantener los majestuosos árboles adyacentes a cada casa. Tras realizar estudios adicionales sobre el flujo y la iluminación natural, se llegó a la conclusión de que podíamos alcanzar nuestro objetivo diseñando una planta en forma de cruz colocada con precisión en el terreno. Este procedimiento dio lugar a un interesante ritmo en el que casas idénticas tendrían un aspecto distinto desde cada punto de vista.
La alternancia de la fachada de madera y textura ondulada revela una calidad visual provocada por una meticulosa elección de materiales y detalles constructivos, como las chapas onduladas de color gris marengo, la madera, el yeso blanco, el vidrio y la vegetación autóctona. El salón y el comedor están situados en la planta baja, donde un volumen exterior con paneles de madera alberga la cocina y la zona de lavandería. Los majestuosos árboles proporcionan un escudo relajante para un patio exterior.
La sala de televisión está situada junto al volumen central que contiene el tocador y las escaleras que conducen a la segunda planta, donde tres suites completas están conectadas por una sala familiar de estilo entresuelo. La pared de doble altura está compuesta por paneles de vidrio que exponen la abundante vegetación del exterior, a la vez que proporcionan ventilación cruzada, manteniendo así el aire de la casa fresco y bien circulado.
Para resolver el aislamiento térmico, utilizamos paneles de vidrio dobles con protección solar y, en la fachada de madera o de chapa ondulada, dejamos intencionadamente un hueco entre ésta y la estructura de acero.