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Enclavado entre la exuberante vegetación tropical y la refrescante brisa del Pacífico oaxaqueño, Monte Uzulu se asoma entre la sombra de huizaches y tachicones, en la pequeña población pesquera de San Agustinillo. El hotel boutique emerge abrazado por la flora de esta comunidad que preserva el equilibrio que sus pobladores originarios han honrado desde tiempos remotos, reconociendo su eterno vínculo con las bondades de la tierra.
El nombre de Monte Uzulu –proveniente del vocablo zapoteca “gusulú” que significa “el comienzo”– evoca el origen de la vida y la primera conexión entre el ser humano y la naturaleza. Su concepto enaltece la experiencia de ser conscientes, contemplando y entendiendo la belleza de un entorno en armonía.
La conceptualización y desarrollo del proyecto cristaliza una experiencia de confort sustentable y de bajo impacto ambiental. Adaptándose a las condiciones del terreno, la distribución de los espacios respeta armónicamente los matices terracotas de las laderas, la vegetación y otros elementos existentes. Inspirados en la idea de concebir espacios que transmitan paz y tranquilidad, el interiorismo invita a restablecer una conexión con lo elemental. Las once suites, de estética minimalista y bohemia, revaloran los materiales naturales y las técnicas artesanales. El diseño aprovecha la orientación frente al mar para regalar panorámicas oníricas, que se disfrutan en sus terrazas bañadas por el sol y un benevolente clima, presente todo el año.
Los detalles conforman un homenaje a los oficios manuales de México, entre los que se encuentran las lámparas de paja y la cestería de Michoacán, el mobiliario en madera tallado por ebanistas oaxaqueños, los textiles de algodón de Teotitlán del Valle y los acabados de cal y barro en los muros.
El respeto por la vida silvestre es un compromiso contundente y tangible. La utilización de materiales endémicos en la edificación, así como la disposición de avanzados sistemas de captación pluvial y tratamiento de aguas, garantizan la completa sustentabilidad de los servicios. Además, los visitantes pueden adentrarse en la comunidad mediante actividades complementarias que les permitirán conocer las fincas cafetaleras, realizar caminatas por la sierra o descubrir la laguna bioluminiscente de Manialtepec.