SHAU fue asignado por Ridwan Kamil, en ese entonces alcalde de Bandung, para diseñar una microbiblioteca adicional después de completar las de Bima y Taman Lansia con la ayuda de fondos de responsabilidad social corporativa (CSR) de Manila Water. A la oficina se le presentaron varias posibilidades de sitios potenciales y finalmente investigó varias zonas por donde se ubica actualmente el proyecto. En resumen, la ubicación que impulsó el estudio para el proyecto está situada en una pequeña plaza utilizada para estacionar patinetas y jugar baloncesto junto a un complejo militar, una oficina de distrito del vecindario, un pequeño hospital y una escuela primaria. Esto garantiza la máxima exposición a los habitantes un fácil acceso pero, lo que es más importante, llevar a cabo las labores educativas del espacio.
Para el diseño, SHAU mantuvo la idea de ir más allá de lo visual a tráves de la vegetación que integra esta pequeña biblioteca. Esto condujo a la conformación de módulos de caja apilables y a su disposición una configuración de aumento rectangular. Cada uno de los módulos de caja se hicieron con una altura de 45 cm que, al mismo tiempo, se puede subdividir fácilmente en tres peldaños para una escalera transitable. Además, las cajas son lo suficientemente profundas como para llenarlas con tierra y utilizarlas como macetas que los habitantes ahora usan para la agricultura urbana. Esto llevó a tres resultados positivos: los usuarios obtuvieron un programa comunitario adicional para el edificio, se mejoraron los aspectos climáticos pasivos del interior del edificio y finalmente la plaza de asfalto permitió mejorar la gestión del agua de lluvia a través de su porosidad, que además de los beneficios ambientales obvios, también está relacionado con el campo de trabajo de Manila Water: infraestructura y filtración de agua. Se eligió una construcción de la estructura a partir de columnas esbeltas hechas de concreto crudo. La visión de tener un proyecto verde totalmente cubierto de vegetación.
Dependiendo de la orientación, las sombras, el voladizo así como la exposición a la lluvia, se utilizaron diferentes materiales como adecuación de la estructuración del concreto, todo ello teniendo en cuenta la ventilación cruzada. Todos los detalles están diseñados de tal manera que permiten un margen de imprecisión en la construcción, como si hubieran tenido una historia atrás por el paso del tiempo la micro-biblioteca en Bandung. Se colocaron bloques de cemento poroso estándar como fachada exterior, puertas de vidrio para ingresar al edificio y mallas de alambre delgadas para que crezca la vegetación dentro del edificio debajo de los voladizos que protegen de las fuertes lluvias.
Finalmente, se colocó un tobogán en la parte superior de las escaleras en las cajas inferiores para atraer a los niños de la escuela vecina al edificio. Las cajas superiores están reservadas íntegramente para la jardinería. La biblioteca está a cargo de una organización juvenil local Karang Taruna con la ayuda de 1000 Kebun para plantar y mantener el jardín. La idea aquí es que el alcance de la educación a través de los libros se amplíe hacia la obtención también de formación y habilidades prácticas. 1000 Kebun está acompañando a los habitantes y asesorando sobre qué plantar y cómo, además les brinda información sobre la venta de verduras en los mercados cercanos.