Lugar particular e indescifrable. Madera con vida propia que parece intentar ser parte de esta atmósfera compuesta por piezas que no calzan, esquinas que no son esquinas. Y soluciones constructivas improvisadas. Entre Cielo y Tierra se emplaza en la ciudad de Limache, Región de Valparaíso, Chile. Se propone como parte del equipamiento de la Iglesia Evangélica Pentecostal Restauradora.
La estructura de madera se posiciona en paralelo al Estero Lliu-lliu o Estero Limache, que alguna vez fue uno de los balnearios más concurridos de la Región de Valparaíso, Chile. Corredor biológico fuertemente afectado por la sequía, que hoy se encuentra totalmente seco. Encontrándose en las periferias de la ciudad, condicionado por este limite territorial y urbano. El proyecto es la obra de Titulación del Arquitecto Matías Moya Pozo de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Talca, guiado por el profesor Eduardo Aguirre León. Desde lo funcional, busca dar espacio a las actividades a realizar por la iglesia, siendo este su principal objetivo. Adicional a esto, se busca impactar la condición territorial en la que se encuentra.
Intentado generar un cambio en la manera de habitar el sitio, que logra ser un jardín descontrolado, en un lugar afectado de forma crítica por la sequía. Respetando y haciendo parte el berenjenal de arboles frutales, plantas y construcciones que se encuentran en el lugar. El sitio por años fue reconocido como un espacio recolector de escombros, lo que hizo que creciera en superficie. Esta fama, también hizo aparecer distintas acumulaciones de material en espacios del terreno. A pesar de esto, y como consecuencia, el lugar actualmente se entiende como un oasis en condición de abandono en un lugar desértico y hostil, con características que hacen pensar que no es apto para la realización de cultos de carácter religioso.
Limache es una de las pequeñas ciudades de la quinta región del Chile, conocida popularmente por la actividad agrícola que se realiza en la zona, especialmente por el cultivo de tomates. La informalidad en las construcciones, además de la autogestión de muchas de estas, es una de las características constructivas predominantes. Planchas de zinc oxidadas y tapas de madera bruta son los materiales más utilizados. Sin embargo, el acercamiento material, busca ir más allá de un intento de representación de estos sobre el objeto construido. Es decir, las aproximaciones de diseño se dieron a causa de las características espaciales, culturales y materiales que componen el lugar.
La latencia de la obra depende de distintos momentos y tiempos determinados, esto por la forma de ser del sitio y de su iglesia. Se entiende que puede variar en utilidad y en la manera de habitarse. Finalmente, Entre Cielo y Tierra se define como una plataforma de retiro y descanso espiritual. El proyecto comienza su etapa de diseño, la misma semana que los pastores, Guillermo del Carmen Moya y María Inés Peña, fallecen de manera espontánea. Siendo Entre Cielo y Tierra, parte de su legado, y entendido por algunos locatarios como memorial.