En el corazón de Hamburgo, Christ & Gantenbein ha completado un nuevo edificio de oficinas y viviendas, ubicado entre uno de los muchos canales de agua de la ciudad y la prominente Willy-Brandt-Strasse. Inspirado en el pasado marítimo de la ciudad, el proyecto busca capturar la esencia de Hamburgo, respondiendo tanto a las históricas casas del Fleet como a la arquitectura contemporánea circundante. Con una estructura de concreto revestida con ladrillos hechos a mano y de origen local, el edificio oscila entre la artesanía tradicional y una forma escultórica abstracta. Esta interpretación contemporánea de la rica tradición constructiva de Hamburgo da un nuevo impulso al desarrollo urbano de la zona y a la adyacente plaza Hopfenmarkt. Al integrar referencias históricas en el diseño, el edificio contribuye a la transformación continua de Hamburgo, al tiempo que preserva su identidad histórica.
El encargo de este edificio de oficinas y viviendas de uso mixto surgió de un concurso limitado organizado por la ciudad y el cliente en 2019. El sitio se encuentra en el centro de Hamburgo, entre la amplia Willy-Brandt-Strasse —de seis carriles— y el canal Nikolaifleet. Posicionado de forma destacada en la cabecera del puente, el nuevo edificio continúa una fila de casas históricas de pequeña escala, moldeadas por la distintiva geometría del canal. Hacia la calle, se enfrenta a la plaza Hopfenmarkt —una plaza rectangular y representativa con una mezcla ecléctica de estilos arquitectónicos—. Al fondo, la torre del campanario de la iglesia de San Nicolás ancla el sitio en el paisaje urbano e histórico de Hamburgo.
El nuevo edificio medita entre las tradicionales casas del Fleet y los desarrollos contemporáneos de gran escala a lo largo de Willy-Brandt-Strasse: un volumen seguro y expresivo que da estabilidad a la plaza al enfatizar los ejes urbanos de la ciudad y enmarcar la vista hacia el puerto, en consonancia con los planes municipales para mejorar la calidad del espacio público alrededor del Hopfenmarkt. Los retranqueos y aberturas del edificio están diseñados con atención para responder a su ubicación en esquina. Volumen, composición de la fachada y escala responden a los edificios vecinos desde todos los ángulos, creando así una forma escultórica urbana que respeta el contexto existente. Pilastras semicirculares revestidas en ladrillo rojo ordenan rítmicamente la fachada, haciendo referencia a la tradición local del Expresionismo Ladrillero del siglo XX.
El edificio se compone de dos volúmenes distintos: el que se ubica junto al puente y se eleva más que la parte residencial destaca la esquina y alberga las oficinas, con un ritmo más denso; mientras que la parte residencial cuenta con vanos más amplios. Las proporciones de las pilastras y el ancho de las ventanas juegan un papel crucial en la cohesión visual del conjunto, mientras que el uso de ladrillos esmaltados, concreto y piedra enriquece su textura. La estructura portante exterior es de concreto revestido en ladrillo. Las pilastras semicirculares de ladrillo confieren al edificio una cualidad escultórica, mientras que las ventanas retranqueadas refuerzan la sensación de profundidad.
Dos accesos principales —uno para oficinas y otro para las viviendas— se abren hacia la plaza Hopfenmarkt. La escalera central de oficinas permite la división flexible del espacio interior, aprovechando la luz natural desde dos o tres orientaciones. Los apartamentos, por su parte, dan al sur hacia el canal, ofreciendo mayor privacidad y tranquilidad con vistas al agua. En la planta baja, un restaurante y espacios multifuncionales orientados al canal promueven y acogen la vida urbana.
Se prestó especial atención a los detalles de la fachada, especialmente a la albañilería. Los ladrillos se obtienen y fabrican localmente. Al combinar esta artesanía con elementos modernos y abstractos como la serialidad, las retículas y las formas cúbicas, el edificio establece un diálogo entre la tradición y el diseño contemporáneo.
El color y la textura de la fachada fueron aspectos fundamentales para la visión del proyecto. Un tono verde para los marcos de las ventanas contrasta elegantemente con el rojo de los ladrillos, generando una apariencia refinada y sofisticada. La estructura portante del edificio también fue clave. Sus cimientos no son lineales, sino puntuales, con pilotes hincados profundamente en el terreno para responder a la ubicación junto al agua. El ritmo de las columnas sigue la curvatura natural del terreno y las exigencias del sitio.
A medida que Hamburgo evoluciona, la arquitectura desempeña un papel vital en tender puentes entre el pasado y el futuro. Los materiales, el diseño y la expresión del edificio contribuyen a esta misión. La integración de elementos tradicionales reinterpretados desde una perspectiva contemporánea genera una estética específica que transmite dignidad, permanencia y un toque de elegancia urbana. El resultado es un edificio que respeta la historia de Hamburgo, a la vez que responde a las necesidades del futuro y enriquece su identidad urbana en transformación.