En la Casa Cercal el tiempo y el espacio no son dimensiones separadas sino interdependientes. Está el tiempo que corresponde a los ciclos de la naturaleza, el tiempo de quien habita el lugar y está el espacio que es moldeado e influenciado por él. El lugar donde se encuentra la casa, también resultó un desafío. “Alentejo” representa “el máximo y el mínimo al que podemos aspirar: el desierto de un sueño infinito y la realidad de un suelo agotado.”
La Casa Cercal es así una propuesta que explora las posibilidades de un nuevo tiempo y espacio en un lugar también marcado y alterado por la misma, deseando en definitiva construir un compromiso renovado entre el hombre y el paisaje.
Situada sobre un terreno con morfología de medio tubo, y atravesado por una línea de agua, la casa se implanta en una de las laderas que divide un río, junto a los restos de una antigua construcción. La principal estrategia de intervención e implantación fue guiada por la correcta posición y orientación con el sol. En paralelo la volumetría de la casa se distribuye junto a la pendiente del terreno buscando las mejores visuales hacia el horizonte.
Además, el proyecto cumple con otros principios de los cuales destacamos: