El Internado para la Escuela de Agricultura en Bella Vista, Bolivia constituye la segunda fase en el Campus de Agronomía del Centro de Formación para jóvenes procedentes de familias muy pobres. El nuevo edificio completa a nivel funcional la escuela ya existente con dormitorios para los alumnos, despacho para docentes, cocina, comedor, área de estudio y zonas de estar, así como zonas húmedas independientes, y genera sinergias en relación a las instalaciones.
El edificio existente y el nuevo comparten las nuevas canalizaciones y el tratamiento de aguas para los campos, la producción de electricidad mediante instalaciones solares y el calentamiento de agua mediante la instalación en cubierta de sistemas de efecto termosifón.
El proyecto de la Facultad se ofrece como proyecto de “Design-Build” (Diseño-Construcción) a los estudiantes de la TU Berlín. El departamento de diseño y construcción desarrolla junto con el departamento de diseño de estructuras y construcción, así como con el departamento de instalaciones, estructuras innovadoras que integran materiales locales, las condiciones climáticas del sitio y pequeñas empresas locales.
Además, se produce un intercambio de conocimientos sobre posibles modos de construcción entre la TU Berlín y la Universidad St. Simon en Cochabamba, Bolivia, así como entre los estudiantes y las cooperativas locales que se forman en los diversos oficios.
En el lado sur del solar, el Internado supone la ampliación del programa de la escuela y la superficie agraria y crea un amplio Campus de Agronomía. El edificio retoma de la escuela en su lenguaje arquitectónico los elementos de zócalo, muros y cubierta, y se sitúa en el lado del valle. La nueva situación de entrada en el sudoeste se conecta con la creciente urbanización informal del vecindario que rápidamente se ha desarrollado alrededor de las áreas agrícolas de la escuela.
El edificio del Internado entra en diálogo con los campos cultivados y reacciona en planta por un lado a nivel público, con espacios generosos exteriores e interiores, por otro lado, a nivel privado con lugares de refugio para los residentes.
A través de los entrantes y salientes de la fachada los muros consiguen áreas para el encuentro y la calma. En el interior la sala común se orienta hacia los campos y las vistas únicas a las altas cordilleras por encima de los 5000m del Macizo de Tunari.
Los núcleos de aseos y las áreas comunes entre ellos dividen la sala común de los dormitorios. Un patio privado y encerrado frente a la zona de dormir sirve de refugio contemplativo y permite a los estudiantes encontrar, tras un largo y fatigoso día de trabajo en el campo, algo de tranquilidad en un espacio de contemplación abierto. El patio norte junto a la sala común puede ser utilizado de modo colectivo y produce la conexión espacial con la Escuela de Agricultura.
Ambos patios generan microclimas y amplían de ese modo la oferta de espacios exteriores y abiertos de diversas cualidades, que deben tener cabida según principios pedagógicos.
El edificio del Internado muestra una clara estructura que consta de zócalo, muro y cubierta. Estas tres capas se muestran con materiales específicos y sus correspondientes métodos de construcción en los cuales los estudiantes han profundizado: el hormigón, la obra de fábrica y la madera.
En contacto con habitantes del lugar y mediante el uso de materiales locales se desarrollaron soluciones según los requisitos estructurales, de fachada y con ello de seguridad, confort e instalaciones.
Debido a la materialización y a pesar de las innovaciones técnicas, el edificio tiene un alto factor de reconocimiento para los usuarios y sienta las bases de estándares arquitectónicos que según el mismo sistema de construcción puede ser empleado por los habitantes en otros proyectos. El edificio mismo servirá así de modelo pedagógico.