Grafo fue el pabellón de Firenze diseñado por Vertebral. La pieza se instaló en la esquina de Avenida Juárez y la Calle Doctor Mora.
Ocho muros inclinados forman un reguilete. Los muros pretenden colapsarse en sí mismos, generando una tensión que es contrarrestada por un anillo central que ejerce la fuerza inversa para encontrar el equilibrio y permitir dentro de ella un espacio. A través de las ranuras que se abren entre los muros, se accede al vacío que se ilumina únicamente por un óculo cenital. Se abre un paréntesis en el bullicio del centro histórico, quizás un espacio contemplativo, un espacio sin un fin utilitario, o una escultura con la posibilidad de entrar en ella.
En colaboración con Firenze, buscamos expresar el valor del porcelanato mostrando su reverso áspero, heterogéneo y caótico, evidenciando la belleza inerte de la cerámica industrial que en su cara frontal luce una superficie tersa y nacarosa. Cada módulo se compone por lienzos de cerámica organizados como escamas mostrando así la ligereza y esbeltez de las piezas. Una experiencia material que se asemeja a la dualidad de una ostra. Un ejercicio geométrico evocado por la exploración del octágono y plasmado en una estructura que se emplaza en la ambigüedad entre lo sensible y lo utilitario, entre el arte y la arquitectura.