Forest House I es obra del estudio de Montreal Natalie Dionne Architecture, la cual, suma a una rica cartera de originales viviendas residenciales, urbanas y rurales a partes iguales. El terreno de tres acres, situado en los Eastern Townships, está a unos 100 kilómetros al sureste de Montreal. Muy apreciada por los habitantes de las ciudades por su belleza natural y su relativa proximidad a la vida urbana, la zona se ha convertido ahora en un lugar de elección para quienes desean y pueden trabajar desde casa.
Una hendidura natural en la topografía existente, una orientación subóptima y la presencia de numerosos afloramientos rocosos supusieron un gran reto tanto para los clientes como para los arquitectos. De pie sobre la roca de 3 m de altura, todas las partes acordaron que, para aprovechar al máximo la luz y las vistas disponibles, la vivienda, situada en paralelo a la cresta, debía elevarse hasta este nivel y extenderse por encima de la cuenca para aterrizar suavemente en el afloramiento rocoso del norte, donde se encontraba la mejor luz. Una estructura elevada, en una huella minimalista, dando prioridad a una intervención de bajo impacto en el terreno existente, también se entendió que tenía el beneficio añadido de crear un enfoque dramático a la casa, enfatizando y asegurando la persistencia de la magnífica vista que se extendía más allá del precipicio.
La planta principal, el corazón del proyecto (anclada en uno de sus extremos, sobre una base donde antaño se alzaba una roca solitaria) se cierne sobre la hendidura rocosa y proyecta una amplia terraza exterior, parcialmente cubierta, hacia un escarpe cubierto de musgo al norte. Desde esta percha exterior, dedicada a la relajación y a la vida al aire libre con su spa integrado y su mobiliario de ocio, se pasa a los fluidos espacios interiores de la cocina, el comedor, el salón y el dormitorio de la pareja en el extremo sur de este edificio lineal. La escalera y el vestíbulo, que comunican con el hall de entrada principal de la casa a nivel del suelo, se insertan entre la sala de estar y el dormitorio. Adyacente al hall de entrada, encontramos, un dormitorio con literas, capaz de alojar hasta 10 invitados.
La madera está presente en todos los rincones de esta casa de 215 m2, que busca la simbiosis con el entorno. Se ha prestado especial atención al diseño y los detalles de estos elementos estructurales que sostienen la retícula regular del tejado. Las fachadas, revestidas de cedro blanco del este, se pretrataron con un producto que acelera el proceso de agrisamiento, para que se integren en el paisaje como un camaleón tomando el sol en una roca, y para reducir al mínimo el mantenimiento futuro. Debajo de la cubierta, los cimientos se aislaron por fuera para preservar el concreto en bruto del interior, un recordatorio de la roca que ahora apuntala el borde del precipicio. El concreto visto combina perfectamente con los afloramientos de piedra que se ven más allá de las ventanas. Así son el refugio y el lugar.
Es la primera de una serie de casas de temática similar que está desarrollando actualmente el equipo de Natalie Dionne Architecture. La serie Forest Homes refleja el creciente deseo de la arquitecta de promover el uso ecológico de materiales renovables.