El parque Vijversburg es una finca del siglo XVIII que ha estado abierta al público desde 1892.
En 2011, Kums e Ishigami ganaron el concurso para un nuevo centro de visitantes. El cliente solicitó una extensión de la villa histórica que pudiera funcionar como un espacio de reunión y exposiciones.
La antigua villa y el parque que la rodea se debían tratar con el mayor cuidado, pues ambos son monumentos nacionales.
“Queríamos hacer una intervención muy sencilla. A pesar de que el pabellón es un proyecto arquitectónico, fue diseñado e imaginado como parte del paisaje”, dice Kums.
El diseño consiste en delgadas fachadas de vidrio que se alargan hacia el parque y siguen a los elementos naturales preexistentes: un estanque, una línea de árboles y el jardín de la villa.
Estas tres fachadas reflejan el entorno natural y hacen que el pabellón y el paisaje se fundan en uno.
El espacio central se encuentra parcialmente hundido en el paisaje; ligeros taludes guían a los visitantes del enorme exterior hacia el corazón del edificio, un metro por debajo del nivel de acceso.
Esto reduce el impacto del edificio sobre su entorno, proporciona cierta intimidad al interior y ofrece a los visitantes otra perspectiva del paisaje.
Con el fin de crear vistas completas sin obstrucción hacia los alrededores, se evitó el uso de elementos estructurales adicionales, como columnas y muros.
En su lugar, los vidrios como muros aislados cargan la cubierta. La forma triangular ayuda a eliminar muros transversales y mantiene un claro de quince metros.
El diseño de la cancelería estructural se desarrolló en colaboración con ABT y los ingenieros estructurales Jun Sato.
Puedes encontrar este proyecto en nuestro número Vidrio No.85 de la revista Arquine.