Ubicado en el corazón de Nueva Córdoba, aunque alejado de la lógica especulativa de vivienda colectiva del sector, este proyecto apunta a mejorar las condiciones de habitabilidad de la oferta promedio, planteando una relación óptima entre los espacios y sus aventanamientos, con medidas y proporciones útiles para cada ambiente y el equipamiento, sin circulaciones que invadan las estancias, con ventilaciones cruzadas y balcones que permiten expansión, que en el clima de Córdoba se usan todo el año.
La identidad formal del edificio se define por la cuadrícula de la fachada, que permite la mayor apertura posible hacia la calle y también por el concreto aparente, como protagonista principal de la materialidad, que aporta un efecto de inalterabilidad en el tiempo. Esta cuadrícula genera un quiebre en el perfil urbano de la cuadra, e invierte las relaciones entre los espacios llenos y vacíos de los edificios adyacentes, ganando iluminación, ventilación y aspectos visuales. A su vez, los dormitorios y baños se orientan al contrafrente, ganando privacidad y escapando del ruido de la calle.
En el interior, el cielorraso de concreto aparente, que va de continuo con los balcones, genera una idea de continuidad espacial, además de aportarle a cada unidad un toque de distinción de diseño, tanto en el plano estético como funcional. Una terraza accesible con asador y un espacio de reunión en planta baja acentúan la posibilidad de interacción común y ofrecen una posibilidad concreta de contacto con el exterior desde dentro del edificio.
En la planta baja, la doble altura, tanto en el espacio de ingreso como en el paso hasta el patio, que se combina con el árbol de fondo y del local comercial. Estas zonas configuran con mayor jerarquía la relación del edificio con la calle y los peatones. Cuentan con ventilación cruzada para atenuar condiciones climáticas y aberturas de piso a techo y de pared a pared para lograr una espacialidad fluida con el exterior. En el remate se dispone un dúplex de piso completo, con tres dormitorios, más una planta alta con terraza propia, asador y servicios. Una “casa en altura”, con espacios flexibles, diferentes configuraciones posibles y detalles de jerarquía.
Con la eficiencia como premisa, el edificio dispone de una materialidad “austera”, que dota de carácter al edificio y perdurabilidad en el tiempo, con casi nulo mantenimiento. La presencia del concreto en las losas tiene el mismo impacto en los interiores de todos los departamentos, y genera un efecto de interés en la espacialidad, aunque mantiene una cuota de neutralidad para ser combinado con varios estilos de diseño interior.