El objeto de este encargo fue la renovación integral y la ampliación de un pequeño edificio de viviendas construido en la primera mitad del siglo XX. Ubicado en el núcleo más antiguo del barrio Poblenou, el edificio previo disponía de dos plantas, cada una de las cuales contaba con un par de apartamentos. El resultado del nuevo proyecto es la obtención de un edificio con dos viviendas independientes: una en planta baja, que ocupa exactamente el espacio de una vivienda original, y otra vivienda, que se desarrolla en planta baja más cuatro plantas superiores.
La intervención ha comportado la demolición total de una parte de la edificación original, que estaba en muy mal estado, la restauración de parte del fabricado existente y su ampliación mediante la realización de un bloque de cinco plantas. Conceptualmente, uno de los puntos más delicados que se ha tenido que tratar ha sido el tema de la integración entre la construcción antigua y la adición del nuevo espacio, tarea que se ha hecho todavía más difícil por haber decidido mantener, por la parte antigua de la casa, los rasgos y los elementos de la construcción original.
Otro tema afrontado es la continuidad entre las fachadas, un tema no muy recurrente en el denso tejido urbano, en el cual por lo normal los edificios sólo suelen ofrecer al espacio público una fachada. En este caso, tenemos tres fachadas al descubierto y la intención fue, desde un primer momento, la de dar continuidad al conjunto, asimilándolo a un desplegable. Entre los materiales de acabado destaca la madera estructural que se ha dejado a la vista de manera parcial en paredes y techos, con la intención de dar calidez y calidad a los interiores. Otra peculiaridad ha sido la recuperación de las antiguas bóvedas catalanas que, con su suave oleaje, juegan en perfecta sintonía con las líneas estrictamente rectas de los nuevos techos.