A Cel Obert es un festival de intervenciones efímeras en espacios emblemáticos de la ciudad de Tortosa. Para la séptima edición la propuesta del equipo del festival, dirigido por Cristina Bestratén, era hacer un festival que permitiera reflexionar sobre la pausa que impuso el Covid-19.
La ubicación escogida por el festival es la antigua Iglesia dels Dolors, en el casco antiguo de Tortosa. Derruida durante la Guerra Civil española, ahora es una plaza singular en la que conviven los restos de sus monumentales arcadas, las seis capillas laterales y las ruinas de la portada principal.
Desplome se centra en esa ruina. Un ejercicio de ironía material que busca congelar un momento preciso: la caída de un muro. Para ello se utilizan 120 sacos de aire comercializados habitualmente para la fijación de mercancía en contenedores de transporte. La ejecución parte de una superposición de 10 hileras cosidas en taller formando un aparejo irregular. El diseño desestima la forma tradicional de construcción de muros de mampostería por adición de
piezas, para proponer un desplante por propulsión, hinchado desde abajo, hasta alcanzar los siete metros de altura.
El último día, la instalación fue forzada al colapso en un acto público que marca el final del festival. Las tensiones acumuladas se liberan en una acción festiva que rompe con la imagen del muro congelado. Desplome es un contramonumento que cuestiona unas ruinas sumidas en aparente pausa.
Desplome es una instalación de Martillo Neumático que, en esta ocasión, se llevó a cabopor Roman Sost, Mon Cano, Jerome Lorente e Iñigo Barrón junto con Javier Gutiérrez e Inés Miño y también con Cesar Fuentes, Ana Moure, Javier Bilbao, Jorge Aguirrezabal, Mikel Quintana, Jesús Escudero, Blanca Arcos, Matteo Caro y Álvaro Regatero.