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El proyecto Corporativo Origami se ubica en la esquina de Insurgentes y la avenida Río Mixcoac, frente a la Torre Manacar. Se trata de uno de los primeros proyectos en edificarse en el corredor Insurgentes. Cuadriplicó el área útil y duplicó la altura de su entorno, resolviendo la problemática de escala por medio de una separación de cuerpos que permite fragmentar la masividad del volumen resultante.
Este corporativo funciona a tres escalas. A nivel urbano, la composición funge como una escultura de cubos con intersecciones y ensamblajes; la volumetría del edificio se rompe para generar terrazas y jardines colgantes que permiten a los usuarios tener contacto con el exterior. A nivel local, los cubos interiores se alinean con las estructuras existentes de la Avenida Insurgentes y están diseñados para ofrecer espacios de grandes dimensiones. Finalmente, a nivel peatonal, los cubos se reducen para transformarse en una zona comercial.
Todos los espacios, públicos y privados, están cubiertos por un vidrio de baja emisividad de reflectividad neutra que proporciona una apariencia exterior nítida y clara. La fusión de aluminio y vidrio permite desarrollar proyectos con estas dimensiones y características con fachadas que se convierten en membranas que relacionan el interior con el exterior. Es con este material que se logra un edificio de calidad y viable en cuestiones presupuestales.
Los distintos volúmenes del edificio también construyen una sala urbana de gran escala, que es el corazón de la actividad cultural y comercial del conjunto. El espacio alberga los vestíbulos, los comercios y las múltiples áreas de estar que, pese a ser contemplativas, ahora son parte del espacio público.