Tercer lugar en el Concurso Internacional Paseo Ferrocarril de Cuernavaca | STILL urban design (Sofia Pera Fernandes en conjunto con Sònia Pinto Sousa y Tiago Pinto de Carvalho). Imágenes y texto cortesía del estudio.

Luego de un concurso donde participaron 400 propuestas, el reciente Concurso Internacional de Arquitectura y Paisajismo Parque Lineal Ferrocarril de Cuernavaca realizó una segunda fase con 5 estudios seleccionados. Uno de ellos, STILL urban design (Sofia Pera Fernandes en conjunto con Sònia Pinto Sousa y Tiago Pinto de Carvalho) fue el único estudio internacional que participó en la segunda etapa.

De acuerdo a los comentarios del jurado, la propuesta propone un “Excelente manejo del agua, una buena propuesta de espacios públicos en el programa, con un planteamiento muy poético, que resalta las actividades nocturnas, cuando regresa uno del trabajo y se relaja en un lugar seguro.”

En la visión propuesta para el parque lineal, se definen dos intenciones muy claras: se reivindica el derecho al espacio público democrático y social; a la vez, se rescata el potencial de la recuperación y gestión sensible del agua, incorporándola como base programática del parque.

En el contexto del desbalance hidrológico de la Cuenca de la Ciudad de México y frente a la paradoja escasez y exceso de agua, se conforma un parque como incentivo a la conciencia colectiva acerca de la importancia del agua. Se delinean y se aplican soluciones de gestión de agua inteligentes, a través de una red de espacios públicos que comportan una diversidad de usos urbanos. Las intervenciones maximizan el cierre de ciclos hídricos locales, concibiendo cada 1 km un sistema completo de purificación de aguas municipales y, al largo de conjunto, un sistema continuo de aprovechamiento de aguas pluviales.

Se propone una estrategia integrada y consecuente (sostenible): el parque como infraestructura “Verde + Azul”, apoyada en el dibujo bioclimático del espacio público multiescala; se pretende crear un parque que se basa en el aprovechamiento del agua, incorporando dos ciclos paralelos:

Reciclaje (época seca) para mitigar los efectos de la evapo-transpiración y las olas de calor: en la estación seca, el parque usa las aguas municipales purificadas por medio de humedales construídos y vegetación bio-depuradora, a lo largo de los varios tramos del parque.

Gestión (época de lluvias) –que recarga el manto acuífero y reduce el volumen de los escurrimientos – dando origen a México de Agua. En la temporada húmeda, el parque se activa convirtiendo plazas de agua y jardines de infiltración para almacenar, retener, retrasar y reutilizar el agua de la lluvia, a la vez incentivando el cambio de usos y funciones al largo del año.

La sección se conforma para recibir agua, que se almacena después de purificada, para poder reutilizarse tanto para actividades domesticas (riego de huertos, lavado de aceras o coches), como para actividades públicas (riego de jardines, limpieza de espacios lúdicos) o de actividades privadas.

La memoria del local es reinterpretada, diversificada e incorporada. La propuesta es a la vez provocación y tributo a los contrastes de la Ciudad de México. El programa y el diseño del espacio público vinculado al uso del agua cambian radicalmente la imagen de los 4,5 km de espacio lineal y, a la vez, hacen referencia a la fuerte presencia del agua en la ciudad durante siglos.

La paleta vegetal presenta una variedad de plantas que responden a objetivos concretos, conforma un escenario urbano en lo cual se combinan paisajes distintos pero complementarios: un paisaje autóctono –con vegetación nativa, adaptada, que resiste tanto a la sequía como al exceso de agua, con reducida necesidad de riego  y costo de mantenimiento–; un paisaje útil –vegetación de especies bio-digestoras / de fitoremedianción / bio-purificación para limpiar el agua y volver a utilizarla–; un paisaje productivo –vegetación comestible y sensorial, con huertos urbanos y plantas aromáticas–; un paisaje conveniente –considerando el entorno, sus necesidades y problemas, teniendo en cuenta el tipo y altura de la vegetación para evitar rincones oscuros o inaccesibles.

Los espacios verdes protegen al usuario del peligro del paso del tren y organizan los espacios de estar. Se considero la práctica imposibilidad de plantar árboles al largo de la línea de tren, tanto por cuestiones técnicas –derechos de vía del tren y las medidas de seguridad de los ductos de gas subterráneos– como por cuestiones sociales –las copas de los árboles plasman el miedo de las comunidades a las zonas densas de vegetación, “techando” lo que hoy día es una especie de “túnel” del ferrocarril. Los árboles se destinan a zonas específicas y abiertas del parque, distribuyendo la vegetación de forma coherente, que logre apelar al erotismo de los sentidos, y rescate el sentimiento de identidad, pertenencia y seguridad de los habitantes locales y usuarios globales.

La propuesta busca, por otro lado, el rescate de parte del agua que la ciudad desperdicia, activando el uso de la vegetación del parque, lo que permite que la sección cambie de texturas y colores en función de las estaciones del año = cuatro parques lineales en uno.

El proyecto establece una estrategia ponderada de accesibilidad junto a una estrategia de seguridad.

En los cruces, la enorme cantidad de ejes viales que cruzan el parque fracturan el espacio y se perciben como un peligro para la mayor parte de los usuarios. La creencia de que el peatón es el protagonista del espacio urbano junto al deseo de continuidad del parque como espacio publico apoya una estrategia: el parque como línea dominadora sobre las demás líneas que con él se cruzan. Para esto se establecen dos tipos de actuación: grandes cambios, siempre y cuando la complejidad de la vialidad lo justifique, y pequeños cambios, siempre y cuando se puedan reorganizar los cruces de forma mas sencilla y intuitiva, pero segura. Se sugirió la continuidad del pavimento y la simbólica elevación del parque, de modo a que el coche tenga la percepción de que no es el protagonista de la calle, reconociendo una jerarquía distinta del espacio urbano.

Al mismo tiempo, se integran y rescatan espacios existentes a la propuesta desarrollada con el fin de coser la malla urbana y generar zonas de estar para desarrollo de actividades sociales y comunitarias a la par de una estrategia de iluminación. El diseño de la iluminación quiere generar una luz uniforme a lo largo del parque, con espacios visibles y accesibles en las horas nocturnas, dotando el parque de un ambiente de seguridad, tanto de día como de noche.

La propuesta promueve la multimodalidad y la integración con estrategias de movilidad y accesibilidad. La circulación se estructura con base a las carencias del espacio público, de la forma a activarlo como parque y de la manera de lograr un espacio publico más coherente y unificado, suturando al máximo lo que hoy día es una línea fragmentada. Para ello, se proponen dos sistemas de circulación basados en “velocidades” distintas que se materializan, respectivamente, en un eje de “paso” –carril rápido, práctico, ancho y directo, de convivencia cómoda entre bicicletas y peatones y acceso de ambulancias– y un sistema de caminos de “paseo” –ejes lúdicos que conectan las distintas partes, atracciones y funciones del parque, para parar, disfrutar de los espacios de estar, jardines, zonas de sombra y zonas de juegos–. Junto a ello se propone la idea de incorporar, en un futuro, la reutilización de la línea del ferrocarril como sistema de transporte publico –metro de superficie– para promover y facilitar la circulación de los usuarios y los habitantes entre las distintas colonias del entorno.