Situada en un barrio residencial de topografía accidentada en las afueras de la ciudad de Córdoba, la casa está diseñada a partir de las posibilidades y las limitaciones de estos nuevos loteos en áreas suburbanas. El terreno, que por su condición resultó fundamental en la estrategia proyectual, presenta una significativa pendiente que lo atraviesa diagonalmente en sentido sur-norte situándose la calle de acceso en su cota más baja.
El proyecto se emplaza en la cota superior del solar con el objetivo de lograr un dominio privilegiado del paisaje circundante, orientar los espacios de la vivienda hacia el norte garantizando su buen asoleamiento y optimizar el espacio libre del lote. En sintonía con la condición topográfica del terreno, la inserción del edificio se produce mediante un escalonamiento de medios niveles desplazados diagonalmente que resuelven con naturalidad su adherencia con el paisaje.
Esta operación repercute en la organización interna del proyecto como un gran espacio continuo a base de la articulación de los distintos módulos concatenados a distintos niveles. Este esquema permite una zonificación natural del programa que se proyecta al exterior a través de una galería continua que se desarrolla a lo largo de toda la fachada que actúa como filtro climático y transición entre el exterior e interior de la vivienda.
El basamento y los muros portantes, se proponen como una blanca superficie monolítica y homogénea en contraste con la tectónica cubierta metálica triangulada conformada por perfiles que unifica e interactúa con el desplazamiento en planta de los espacios. Esta dualidad constructiva se traslada al exterior mediante el carácter “orgánico” del basamento que se ajusta al terreno y sobre el cual se apoya la cubierta que subraya la racionalidad y artificialidad de la construcción en el paisaje.