La casa se asienta en la ladera Sureste de Ullastrell, un tranquilo pueblo a unos 45 minutos de Barcelona.
Un antiguo muro de hormigón en masa, contiene el terreno inclinado a 4 metros de altura sobre la calle.
Elegimos conservarlo y reinterpretarlo como un basamento para la nueva edificación. El muro deviene la base sobre la cual se asienta la nueva vivienda.
La casa, para una pareja, debe de ser confortable, económica y ampliable en el futuro. Planteamos el programa como una adición de habitaciones que se yuxtaponen paralelamente a la dirección de la calle, ocupando así el menor espacio posible sobre el terreno.
Construida con muros de carga, la casa se resuelve en dos direcciones. Longitudinalmente, la secuencia de salas diluye los límites generales del espacio interior, enfatizados a su vez por el ritmo estructural continuo del forjado unidireccional. En el sentido transversal, buscamos la máxima permeabilidad desde el exterior a través de los cada uno de los espacios domésticos, para favorecer la entrada del sol, la ventilación cruzada y la constante relación visual con el entorno.
El espacio exterior, parcialmente inclinado, toma forma como resultado de la posición que ocupa la casa
en el terreno y especialmente de su relación con el límite definido por el gran muro existente.