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La rehabilitación de este edificio de viviendas en el centro histórico de Sevilla tiene una especial relevancia en la producción de Studio Wet por el marco temporal en el que se ha desarrollado, cambios en el programa del edificio incluidos. Nos ha acompañado prácticamente un decenio, y así hemos cambiado profundamente mientras la construcción continuaba lentamente recorriendo una hoja de ruta ya marcada en 2010.
A su finalización, es inevitable pensar si hoy habríamos hecho las cosas de la misma manera. Sin embargo, una reflexión actualizada nos indica que sí, que la respuesta arquitectónica era precisa tanto entonces como hoy.
En un edificio parcialmente protegido, de hecho nuestro primer proyecto trabajando con una preexistencia, la reflexión es la misma ahora y entonces, derivada directa de un aforismo en nuestra entrevista con Quintus Miller para nuestro proyecto Swiss Expo: “La tradición consiste en transmitir el fuego, no en conservar las cenizas”. Creemos firmemente en que proteger, o rehabilitar, cualquier construcción significa mantener vivo el edificio sin convertirlo en un cadáver exquisito.
Se trata de un edificio catalogado del centro histórico de Sevilla, que preveía protección para su fachada y para su primera crujía, y subdivido en locales y viviendas, incluyendo una infravivienda en una planta tercera ya de por sí fuera de ordenación en el planeamiento. Un edificio con dos fachadas intocables (producto estas sin embargo de la última modificación del edificio en la década de los años setenta) donde los huecos, por pequeños, hace parecer todo un poco más grande de lo que es, y un patio de luces minúsculo herencia del primer esquema construido, totalmente insalubre. Ese juego compositivo de pequeños huecos en fachada aún siendo inteligente cercenaba la luminosidad de los espacios interiores, y el pequeño patio existente no tenía capacidad para compensar ese desajuste.
Es precisamente trabajar sobre lo posible y lo necesario, trabajar en un nuevo Patio, donde radica toda nuestra propuesta. Primero aceptamos sin dramatismos lo coyuntural de una fachada intocable, y hacemos un ejercicio de Integración en los términos de Studio Wet. En nuestra idea de Integración, el patio ha de ser simultáneamente otra cosa. Un patio y una escalera. En el escenario más optimista, toda decisión arquitectónica queda supeditada a esta relación, y aún cuando exteriormente el edificio sólo cambia de color, el elefante está en la habitación. A partir de ahí, una organización por plantas lo más abierta posible, con iluminación y ventilación cruzada tanto a patio como a fachada.
Otro reto propio del patrimonio y de la rehabilitación es la propia construcción. El edificio era una amalgama de sistemas constructivos incluyendo forjados de hormigón, bóvedas catalanas, muros de cargas o pilares de ladrillo ordenados sin más criterio que la pura practicidad que las diferentes alteraciones han ido dictando. De ahí emerge la oportunidad, adquiriendo una inédita experiencia en distintos tipos de refuerzos estructurales abocados en último término a cohesionar el edificio, un edificio ahora musculado en el que ya ninguna de sus partes se descuelga flácidamente.
Pudorosamente, hoy nada de este esfuerzo estructural es evidente, al contrario, a esa ocultada musculación se le introduce en su centro una escalera que se pretende ingrávida, a través del cuidado dimensionado de sus perfiles, pero también desde la elección de una escalera compensada que permite que las zancas recorran las plantas como una cinta continua, y por el leve movimiento secuencial de los barrotes de la barandilla.