La Sierra boscosa de Tapalpa es el lugar ideal para alejarse de la rutina de la vida cotidiana de la ciudad. Ahí se ubica la Casa PE, un espacio para mejorar la calidad de vida familiar y generar una convivencia social los fines de semana. En ella cohabitan dos familias, cada una cuenta con un espacio privado y son las áreas sociales, como el comedor y la sala, las que se comparten.
La relación con el bosque fue uno los principales conceptos de diseño, la topografía y abundante vegetación en el predio, representaron un reto importante. El trazo y la volumetría final del proyecto tuvo como objetivo: conservar todos los árboles del sitio, adaptarse naturalmente a la pendiente del terreno y potenciar las vistas de la montaña y la reserva forestal.
El proyecto se realizó en dos etapas, en la primera se construyó la cabaña principal, en dónde se encuentran las habitaciones y espacios de descanso para cada familia. La cabaña principal se desplanta sobre un monumental pedestal de piedra que absorbe el desnivel del terreno, en la parte baja es la envolvente de los espacios y, a su vez, configura una terraza elevada en la parte superior. Para acceder a la casa se desciende por el jardín a la planta baja, ahí se encuentra el vestíbulo principal y se concentran las áreas sociales que se conectan al jardín y espacios comunes exteriores. En la planta alta se concentra la zona privada del programa, cuatro habitaciones con doble altura y un tapanco, son los espacios de descanso del conjunto.
La segunda etapa, es un volumen anexo que surge ante la necesidad de tener un espacio independiente a la cabaña principal, ampliar el espacio para las actividades sociales y hospedar invitados. La conexión del anexo y el volumen principal se da a través de un pasaje abierto, en el que las rocas del sitio y la vegetación crean un trayecto amable y consolidan la relación con la naturaleza.
La selección de materiales responde a su ubicación en medio del bosque, se busco que todos los acabados se adaptaran al entorno y envejecieran con el tiempo con sus distintas texturas y colores, creando un equilibrio entre lo construido y la naturaleza. En ambas edificaciones, la planta baja, o base, cuenta con estructura de acero y recubrimiento de cantera, mientras la parte alta esta construida con ladrillo recocido que funciona como sistema estructural y acabado pintado del mismo color de la cubierta. El techo a base de madera de pino y su recubrimiento con pizarra, importada de Galicia, España, responde a temas térmicos. Esta decisión permite aprovechar las condiciones del material para captar la luz y calor solar.
La perfecta simbiosis del conjunto con la naturaleza se logró gracias al diseño con formas geométricas puras y materialidad. El paisaje es el protagonista del proyecto, se buscó tener espacios contemplativos en cada espacio y generar planos, verticales y horizontales, que se mezclarán con armonía con la vegetación y topografía del sitio.