La cocina ha evolucionado a lo largo de los años para convertirse en un espacio social y dinámico, un lugar donde todos se sientan cómodos, tanto los que cocinan como los que disfrutan de la comida. Casa Paladar es un espacio culinario donde destacadas figuras de la escena gastronómica comparten su talento y creatividad; se encuentra en la Ciudad de México, en la planta baja de un edificio construido en la década de 1960 en la colonia Condesa.
El proyecto se basa en la rehabilitación de un espacio que, después de múltiples intervenciones, perdió su carácter y funcionalidad. Se requería de un espacio ligero y flexible que pudiera cambiar de escala fácilmente y que desvinculara al usuario de la edificación existente y del contexto exterior, para poder conectar con el objetivo principal del proyecto: la convivencia y la experiencia culinaria.
El resultado es tan flexible que permite la realización de eventos de diferentes escalas y temáticas, ya sea una cena íntima para 15 comensales, un evento para 45 personas, un coctel, una fiesta o una conferencia de prensa. Con independencia del formato del evento, el espacio se adapta para crear un ambiente abierto o cerrado, según las condiciones climáticas y las necesidades del cliente. Para lograr esta versatilidad y ligereza necesarias, se utilizaron cortinas como el elemento envolvente y central del proyecto. Gracias a este componente, las posibilidades de transformación de distintos espacios dentro del lugar se multiplican. El mobiliario fue diseñado y fabricado en roble natural a medida, específicamente para este proyecto. Sobre la fachada, se reconfiguró el acceso, este simple gesto permitió redondear el discurso de principio a fin: la sensación de que entras y sales de una cocina.