Una casa en medio del jardín, con dos volúmenes claramente diferenciados, uno más esbelto y cerrado con los espacios de menor intensidad vital y el otro, transparente y horizontal, donde se vive la mayor parte del tiempo, y se relaciona familia y amistades. Aunque la casa se ubica en una urbanización, se ha concebido para evitar esta sensación centrando la atención en la propia parcela.
Mediante pequeños recursos arquitectónicos se ha procurado que desde del interior siempre haya visuales al exterior verde para poder disfrutar del paso de las estaciones, con los cambios de cromatismos de árboles y plantas, con conciencia del tiempo, la lluvia, el sol, el viento… un espectáculo constante alrededor del espacio vital de la casa.
Una vivienda para una familia. Un espacio simple, sencillo y austero donde no sobra ni falta espacio, con un presupuesto ajustado y con un equilibrio entre el espacio, la función y el coste.
Una sucesión de planes de transparencia entre el parque de delante de la casa, el jardín de enfrente, el espacio de estar, el patio de atrás y la vegetación del arroyo del final, un diálogo constante del verde entre fuera y dentro, con el espacio central, como un gran porche situado en medio del jardín.
La casa se ha realizado con materiales nobles: texturas puras de madera, hierro, hormigón y cerámica, evitando elementos sintéticos. Todos estos materiales requieren de mínimos procesos de fabricación y por lo tanto son de baja huella ecológica.
Casa Nostra tiene un óptimo comportamiento térmico con un consumo muy bajo de calefacción en invierno debido a que se calienta de forma natural con el sol y conserva muy bien la temperatura. Cuenta con inercia térmica del suelo para aprovechar el calentamiento natural y con ventilación natural para el verano, mucha luz natural y protección solar sin sistemas activos, con cortinas y persianas de librillo regulables de madera. La casa cuenta con sistema gota a gota para las plantas, y materiales ecológicos como la madera certificada, el corcho, el aislamiento con celulosa proyectada o los ladrillos cerámicos manuales, además de sistemas prefabricados como las placas del techo de madera, y un microclima que ayuda a regular la temperatura de la vegetación del entorno del jardín.