Situada en uno de los últimos lotes de la Autopista de Pacífico a los que todavía no ha llegado el desarrollo inmobiliario, Casa Noir no sólo rompe el molde convencional de las casas de playa, sino que se aproxima de manera creativa la complejidad de construir junto al agua. El objetivo del proyecto es diseñar para la longevidad y abordar cómo, a través de un enfoque experto en la materialidad y la forma, la casa puede ser sostenible a lo largo de varias décadas, sobre todo ante el cambio climático: el principal desafío de nuestro diseño.
Uno de los retos de construir junto al océano es el problema de la erosión costera y el aumento del nivel del mar, lo que exige soluciones de diseño complejas. Al levantar la casa 6 metros sobre la costa, construir un malecón y una base de cajón profundo, el sitio quedó asegurado y es capaz de absorber la energía del mar en caso de un desastre natural.
El aire corrosivo del mar, que puede deteriorar los metales y lentamente pelar la pintura, se tomó en cuenta envolviendo al edificio en aluminio, un metal no corrosivo, que está recubierto con una pintura resistente a la oxidación. Las aberturas colocadas estratégicamente en todos los lados de la fachada aprovechan las vistas prominentes del océano y las laderas y brindan la máxima luz natural a todos los espacios interiores. El revestimiento de aluminio pintado con junta alzada se pliega desde la fachada de la calle, sobre la línea del techo hasta la plataforma del techo, creando una transición perfecta entre la pared y el techo. La forma ligeramente trapezoidal del sitio ofrece una rara oportunidad de ver la costa desde el interior de la casa. Se accede a los balcones en ángulo en el primer y segundo nivel mediante puertas corredizas de piso a techo, lo que amplifica la experiencia de vida interior y exterior.
Las áreas interiores y exteriores son el punto focal del proyecto y ayudaron a definir las estrategias de sostenibilidad durante el diseño. Las puertas corredizas de piso a techo, colocados a lo largo del océano en ambos niveles residenciales, permiten la ventilación natural, mientras que los voladizos protegen de la luz solar directa a los espacios interiores.