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La casa MeMo implantada en un terreno en San Isidro, zona norte de la provincia de Buenos Aires, Argentina, surge con la premisa de una clienta apasionada por el paisajismo con fuerte convicción sobre la sustentabilidad y el cuidado del medio ambiente de realizar un proyecto en un lote entre medianeras reduciendo al máximo la pérdida de espacios verdes por la construcción de su vivienda.
La apuesta consistió en construir arquitectura y paisaje en forma simultánea. Los metros cuadrados de la huella del edificio vuelven en un jardín en tres dimensiones, vinculando a través del mismo todas las plantas de arquitectura.
El diseño morfológico nace frente la decisión de no desaprovechar metros cuadrados de suelo vegetal por un lado y de generar una entrada de luz mediante un patio al tratarse de un terreno entre medianeras. Frente a esta disposición se genera un juego topográfico, mediante un sistema de rampas verdes que conectan el nivel cero, con el primer piso y la cubierta, creando una continua terraza jardín.
MeMo es un proyecto donde el recorrido arquitectónico juega un rol decisivo, teniendo en cuenta al usuario habitual y ocasional, a los que se les brinda un espectáculo, no solo una imagen fija, sino una serie de imágenes que se solapan, y donde cada cuadro de la escena fue pensado.
Concebimos a la sustentabilidad del proyecto como un camino y no como una meta, tomando las normas LEED como base e incorporando la durabilidad y la economía, conceptos que para nosotros son fundamentales en nuestras obras de arquitectura, satisfaciendo de esta forma las necesidades de las generaciones presentes, sin comprometer las posibilidades de las futuras, de forma tal que se reduce de manera significativa el impacto sobre el medioambiente y sus habitantes.
En primer lugar, abordamos el camino de la sustentabilidad mediante la elección de un lote sostenible, donde la propietaria se puede desenvolver a pie o en bicicleta para la mayoría de sus actividades; como así también mediante la utilización de vegetación nativa en sus jardines y cubiertas, restaurando el paisaje natural y reduciendo el efluente pluvial.
Luego iniciamos el diseño con impronta bioambiental, cuidando en el proyecto desde la ubicación en el terreno, su orientación, la morfología del volumen construido respecto del recorrido del sol y su incidencia en los espacios, para aprovechar su energía, la ubicación estratégica de vegetación nativa hasta la elección de los materiales aislantes de la envolvente arquitectónica.
La consecuencia es una casa flexible, que a veces es para una sola persona y otras veces para muchas personas, plasmado es una zona publica amplia e integrada para el disfrute en familia y amigos y una zona privada con cuartos en suite que brindan independencia para sus usuarios.