Casa Mague se encuentra dentro de un predio rodeado de abundante vegetación junto a la Zona Arqueológica de Malinalco. Teniendo esto como premisa, la casa se diseñó bajo los siguientes aspectos: crear una construcción con un lenguaje contemporáneo dentro de un contexto prehispánico y lograr una fusión entre la arquitectura, el entorno natural y el cultural; respetar al 100% la vegetación existente; desarrollar un hogar flexible y atemporal; diseñar una construcción que imite a la naturaleza y no sea invasiva.
El proyecto hace referencia a su sitio histórico de varias formas: la pirámide se reinterpreta en el espacio exterior principal, construida con bloques de madera; la piedra monolítica tallada que funciona como hoguera representa a la cultura gastronómica mexicana con “el molcajete” utilizado como mortero; las vistas directas a un acueducto que limita el sitio crean una combinación armoniosa que funciona como un todo único. Ya sea desde el interior o el exterior, cada espacio es acompañado por la vista de la naturaleza y la conexión entre ellos es por medio de patios, muros divisorios de vidrio, pasillos al aire libre —los árboles crean una cubierta natural que conecta el espacio central con lo público y lo privado— u otros elementos rodeados de vegetación. Con el fin de conservar cada uno de los árboles, se escaneó cuidadosamente el sitio y se distribuyeron diferentes volúmenes a su alrededor. Por lo tanto, no se vieron afectadas raíces, troncos o ramas. De esta forma, surgieron espacios laberínticos que cambian continuamente su percepción según la luz y la hora del día. En el sentido longitudinal de la casa —con dirección del este al oeste—, el sistema estructural a base de muros envuelve cada una de las habitaciones de la casa. Esto permitió que en el sentido contrario —un eje que atraviesa las habitaciones de norte a sur— se hiciera uso de cristales para iluminar y ventilar naturalmente la casa, además de reforzar la conexión con la naturaleza.
Los interiores de la casa se convierten en exteriores, pero también los exteriores del lugar dialogan con el interior para mantener a los habitantes en contacto con la naturaleza gracias a la utilización del vidrio como elemento divisorio. Se diseñaron espacios multifuncionales para que se puedan transformar según las necesidades del momento y donde se pueden realizar todo tipo de actividades, desde el descanso hasta el trabajo en casa Se hizo uso de materiales naturales con bajos niveles de COV y locales como la madera de pino-encino, piedra y Chukum —estuco maya antiguo—. También se utilizó paneles solares y sensores de oscuridad a la par y se integraron espejos alrededor de las fachadas para hacer que el edificio sea ligero y continuo, y crear una integración perfecta con el entorno y la cultura arquitectónica local.