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En un contexto donde los edificios vecinos son altas medianeras y donde el barrio se va transformando para acoger cada vez mas edificios en altura y mas densidad de viviendas, nos encontramos con esta casa que pretende ser un refugio dentro de todo este caos.
A este contexto hay que añadirle otras dos variables muy importantes. Por un lado el hecho de vivir en una ciudad en una casa con la zona de estar en planta baja , donde la privacidad se ve muy comprometida con la visión directa de los peatones. Y por otro lado, que es justamente esta fachada de la calle la que tiene la mejor orientación solar, la sur este. Por esa razón la casa se resuelve a partir del patio, que consigue que el sol entre, asegurando también así la privacidad y creando a su vez un filtro a la ciudad. Este filtro entre la ciudad y el mundo interior se crea con la transición de la calle al patio y del patio a la casa, como manera de acceder a la vivienda.
Vivir entre dos patios es el leitmotiv del proyecto. Con un espacio común que es a su vez interior y exterior, ya que abriendo del todo las ventanas correderas, ese interior pasa a ser el “porche”, que tan agradable es en verano. En la planta superior se ubica la zona de noche. La habitación principal comunica el baño con un vestidor y se prolonga en la zona de dormir.
La segunda habitación a través de dos hojas correderas puede dividirse en caso de necesidad. La idea en esta planta es que en todo momento puedas tener control visual sobre la casa a través del patio, desde muchas perspectivas diferentes, teniendo en cuenta que la casa es muy pequeña. En resumen, con pocos metros cuadrados y una ubicación lejos de ser ideal se consigue una casa con sensación de amplitud y con todas las necesidades cubiertas sin dejar de vivir en Palma.