Intervención arquitectónica en casa pre-existente en la colonia Florida
Los elementos esenciales de la nueva composición son tres: madera, vegetación y luz. La madera aporta calidez en tres tiempos: celosías exteriores, ventanas y carpinterías interiores. La vegetación se implementa en todos los rincones de la casa, jardines, balcones, terrazas, patios y baños. La luz por último se filtra entre las celosías y las plantas para entrar con una nueva calidad al espacio.
La aportación arquitectónica principal consistió en imaginar un tercer nivel inexistente: un espacio de convivencia privada con vistas a la jacaranda del jardín, elemento protagónico del lugar, que recibe el acento y la atención que merece desde otro punto de vista. Para lograrlo, una cubierta ligera de madera se deposita sobre tres placas que se deslizan sobre la preexistencia. La retícula estructural genera un claro amplio, libre de vigas y soportes intermedios.
La tercera piel de madera sirve para mitigar vistas hacia los vecinos y permitir de este modo la generación de espacios antes inexistentes: terrazas, balcones y patios interiores con vegetación.
La vegetación juega un rol distinto en cada rincón de la casa. En ocasiones es alta para dar privacidad, en otros casos es de sombra, en las recámaras aporta olores. Tres árboles darán cítricos en temporada. En el acceso, un ritmo de jazmines colgantes aporta techo y sombra a los coches.
La construcción y vivencia de esta obra hace que nos demos cuenta de algo que tenemos adherido a la médula de nuestro quehacer: otorgar esa nueva sensación que hace que la experiencia de un espacio sea totalmente distinta, cercana al cuerpo y a los sentidos de quien lo va a habitar.