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En una parcela estrecha y alargada, situada a las afueras de Madrid, se construye una vivienda unifamiliar que dispone únicamente de 4 metros de ancho para desarrollar todo el programa.
El prisma resultante, un volumen delgado y compacto, se horada en cada uno de los niveles para insertar pequeños espacios exteriores que permiten una mayor sensación de amplitud, sin renunciar a la privacidad necesaria en un barrio residencial denso. Cada nivel de la vivienda cuenta con distintos ámbitos abiertos en forma de patio, jardín o terraza, que amplían y complementan los espacios interiores.
La planta sótano se ilumina a través de un patio excavado que ocupa todo el frente de la parcela. El acceso al terreno desde la calle, en el nivel inmediatamente superior, discurre a través de un puente que cruza sobre el vacío de este patio. La planta baja se abre al jardín y a la piscina, que se desarrolla longitudinalmente pegada al lindero. Esta planta, donde se ubican la zona de día (la cocina y el salón-comedor) cuenta con grandes ventanales que permiten la continuidad de estos espacios con el jardín.
Unas grandes contraventanas correderas de chapa perforada matizan la luz y protegen los amplios ventanales. Los recortes circulares de las correderas se convierten en la identidad de la vivienda y aparecen también reflejados en otros lugares de la vivienda como en la fachada de la rampa o la puerta del garaje. En la planta primera se sitúa el dormitorio principal compuesto por una zona de dormitorio, vestidor y un gran baño que se abre directamente a una terraza, en el frente de la vivienda. Esta terraza de doble altura está cerrada en todos sus frentes mediante un muro con varias aberturas que mantienen la proporción del resto de las ventanas. Se trata de una falsa fachada para una habitación sin techo.
Un filtro entre la calle y la vivienda, que hace posible un jardín privado en planta primera. Sobre esta terraza, en el nivel superior, flota una escalera de caracol que comunica directamente la segunda planta, en la que se encuentran los dormitorios de invitados, con el solárium de la cubierta, desde donde se puede disfrutar de las amplias vistas de todo el oeste de la ciudad.