El proyecto se localiza en Overa, una pequeña pedanía de Huércal-Overa, situada al norte de la provincia de Almería, junto al río Almanzora. Se trata de un entorno rural con un fuerte arraigo a la agricultura. Con los años, la trama urbana del pueblo ha ido desdibujando la huella agrícola del territorio. La densa trama de acequias encargada de abastecer de agua a los abundantes bancales que había en la zona, ha ido dejando paso a una red de caminos alquitranados que ha urbanizado el pueblo. A pesar de ello, todavía pueden distinguirse antiguas eras. Al día de hoy, con una imagen renovada alejada de aquellos espacios donde las bestias trillaban, todavía se deja entrever la estructura rural y primigenia. Ésta se basaba en una disposición concéntrica en torno a estos espacios de trabajo colectivo que, con el tiempo, adquirieron un carácter vinculado al ocio y las relaciones sociales.
La parcela, un antiguo bancal de naranjos segregado del fondo de un solar familiar, carece de intimidad y visuales, ya que ha sido engullida por el crecimiento urbano. Medianeras de diferentes alturas y materialidades delimitan su contorno. La principal preocupación de los jóvenes propietarios era disponer de un espacio exterior con total privacidad. Debido a esta necesidad se decide invertir la situación hasta ahora común en el resto del pueblo con viviendas alineadas y abiertas a las calles. Se reinterpreta el concepto de era típica del lugar, generando una en el interior cuyo disfrute sea exclusivo de los habitantes de la casa. Esta “era” condiciona la circulación interior de la vivienda, construyendo un recorrido circular que divide el programa en dos mitades, la zona de día y la zona de noche, conectados lateralmente por dos espacios híbridos, los cuales asumen la función de vestidor general de los dormitorios y de sala polivalente. Ésta puede funcionar como porche exterior en verano, salón auxiliar, sala de juegos o biblioteca. Al mismo tiempo, el espacio libre central permite recorridos alternativos de forma transversal que garantizan una ventilación cruzada de forma natural. Cuando el buen tiempo acompaña se convierte en el espacio de relación principal de la casa, pudiendo ser usado como cine al aire libre.
También, la necesidad de intimidad deriva en la búsqueda de una fachada ciega que garantice la privacidad del interior. Para ello, se construye una falsa fachada elaborada con piezas cerámicas, que tamiza la relación con la calle y actúa como protección pasiva de la fachada sur generando, así, un espacio colchón que puede ser utilizado como tendedero o terraza.