Se trata de una casa de descanso, ubicada al borde del lago Rapel, a dos horas de la ciudad de Santiago de Chile.
El proyecto esta compuesto de tres niveles. En el piso superior se ubican los espacios comunes de estar, cocina, comedor, terraza y servicios. Este nivel posee una cubierta, un plano inclinado que le da jerarquía a los espacios con su altura que va desde los 4m hasta los 2,7m.
En el piso inferior, se ubican las tres habitaciones y baños, para luego dejar en el último nivel un espacio de estar versátil, con una segunda terraza, que conecta con el borde del lago.
El diseño se compone de una estructura elemental de acero y hormigón, que interviene poco en el terreno, para luego recibir una piel de madera y cristal. La idea era encontrar soluciones simples y acabados sencillos, pero dispuestos de manera eficiente, para lograr un resultado óptimo para los usuarios, con baja manutención y alta durabilidad y por último conmover a sus habitantes con la calidad de los espacios y su relación con el paisaje.
La propuesta arquitectónica plantea dos conceptos principales. Vistas al lago y conservación del entorno natural. Para lograr ambas cosas la casa se emplaza perpendicular a la pendiente del terreno, generando niveles aterrazados pequeños y puntuales, para evitar grandes movimientos de tierra y en tres niveles compactos, para disminuir la ocupación y erosión del terreno, logrando buena altura y vistas.
La idea es integrar el volumen arquitectónico al entorno natural rodeado de árboles, como si naciera desde el terreno. Con esto se logra un dialogo armónico entre lo artificial y lo natural. Los accesos están diseñados como pasarelas que conectan el edificio en sus diferentes niveles, con el terreno natural y sus sendero entre los árboles