La cabaña de concreto existente se transforma en el tercer episodio de un pequeño pueblo contemporáneo en la costa de Lazio en Italia. Una colina que se asoma al mar y que ya cuenta con dos arquitecturas potentes con disposiciones exteriores particularmente respetuosas con los contextos y el espíritu mediterráneo declinado de diferentes formas. Muchos personajes de estos edificios son similares. Otros buscan una variedad solo para recrear un entorno soleado y sonriente. En primer lugar, pensando en la tercera residencia, se propicia la reconstrucción del camino de acceso al pueblo el cual se trata con concreto antideslizante y fajas de ladrillo.

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El lado izquierdo, subiendo, está definido por un muro bajo que dará la bienvenida a las luces bajas para iluminar la calle por la noche, mientras que el lado derecho permanecerá abierto a la vegetación para mantener la imagen natural más fuerte. Una pequeña plaza para aparcar coches conducirá a la entrada de la casa. En el interior, una gran bóveda cubre todo el volumen y el bloque de servicios.

Es independiente como una casa dentro de una casa, el dormitorio principal y un segundo dormitorio se ubican uno al lado del otro, mientras que un cuarto de visitas y un cuarto de servicio con baño independiente se ubican debajo de la piscina hacia el muro de contención. Al lado, se encuentran el almacén y la planta central, así como otros espacios de servicio que ocupan el volumen bajo la escalera abierta.

Esto conduce al techo del solárium: un teatro en terrazas que concluye al norte con una larga piscina en forma de natatio y al sur con una vista hacia el golfo de Gaeta. La propiedad está protegida por un portón eléctrico y una serie de filtros visuales a base de vegetales que garantizan la privacidad de los huéspedes en comparación con las otras dos casas del pequeño pueblo. Un vasto olivar en terrazas completa la disposición del jardín alrededor del edificio. El interior se caracteriza por un suelo gris claro y paredes y techo blancos. Muchos muebles están diseñados a medida.

La terraza de la casa, como una estancia al aire libre, es el auténtico invento. Una plaza panorámica con una piscina protegida del sol por tres pérgolas de sombrilla permite la alternancia de luz y sombra durante el día. Por la noche se convierte en un sugerente observatorio del cielo. La casa está cubierta con azulejos rojos pompeyanos, mientras que la parte superior de la plaza/piscina está acabada con azulejos blancos. Los marcos corredizos al igual que los demás son de aluminio mientras que el piso externo es de concreto ligero con áreas verdes alternas.

En última instancia hay una casa llena abajo y otra vacía arriba. Una arquitectura donde se confunden los trazos ideales de un teatro al aire libre con la libre sugerencia del desván de Charles de Beistegui de Le Corbusier y el Mediterráneo de la Casa Malaparte de Capri así como las salas al aire libre de Rudofsky y ponti. Nada se inventa pero es bonito transformarlo.

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