La casa BS fue construida en un terreno relativamente llano y sin árboles. A diferencia del contexto común de Tapalpa, cubierto de bosques de pino, el paisaje en torno a la propiedad se compone de tonos ocres, sepias y minerales; y lo adornan parches de hierba alta y salpicada de piedras de gran tamaño. La casa se inserta en una loma con accidentes graduales, dominando la vista panorámica de una llanura con un lago.
La primera impresión del edificio, un volumen horizontal hincado en el terreno, evidencia la preocupación primordial del proyecto: la de insertar una intervención poco intrusiva en el paisaje. Creíamos que era fundamental preservar desde el camino de ingreso, en la medida de lo posible, la vista de las montañas. De ahí que el edificio mantiene un perfil bajo y se acopla a los accidentes topográficos.
En la fachada frontal, apostada al norte, se despliega un carácter sólido y presenta una secuencia de murallas de piedra que crean una franja de espacio transicional, flanqueado por una fila de árboles que, en un futuro, ocultarán aún más la edificación a la vista del visitante. Del otro lado, la casa se abre en su fachada posterior hacia el sur para entablar un diálogo visual con el paisaje e inducir un alto confort climático en el interior.
El programa de la casa se resuelve en dos grandes bloques separados por un corredor transversal de franco ingreso que parte la casa justo por la mitad. El bloque poniente contiene las áreas públicas de la casa y conjunta la estancia, el comedor y la cocina en un amplio espacio común que, a su vez, comunica con una terraza y un cuarto de juegos. En el extremo de este bloque público encontramos la cochera, la recámara de servicio y algunos espacios auxiliares como el cuarto de lavado y la despensa. Gran parte de las divisiones interiores y exteriores que segmentan el programa y confinan los espacios son retractables y se ocultan por completo para conectar todas las áreas públicas.
Al otro lado del corredor central se encuentra el bloque de los dormitorios, que desciende gradualmente en nivel conforme se deprime la topografía, pero a un ritmo propio que permite mantener un grado de privacidad visual sobre el terreno. Este bloque alberga tres recámaras y una recámara principal que se desarticula del volumen general de la casa y deja un espacio abierto que incluye un estanque.
La casa se incorpora en su entorno con discreción y presenta un carácter casi arqueológico junto a las rocas que se yerguen aisladas en el paisaje. El proyecto emplea materiales de la región con un lenguaje tectónico y se recubre casi totalmente de piedra laja a hueso. La carpintería en puertas, pisos, marcos y mobiliario es de parota. Así mismo se observan algunos elementos estructurales de acero, como los dinteles que permanecen expuestos a los elementos. El volumen de la recámara principal se presenta cubierto en lámina de acero, diferenciándose del lenguaje de mampostería que envuelve el resto de la edificación.