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¡Felices fiestas!
Un cubo de concreto, la Casa Alférez se asoma inesperadamente entre los árboles de un bosque a las afueras de Ciudad de México. Contrasta fuertemente con el entorno natural, pero de alguna forma, también parece ser una pieza perfecta que encaja, como una ruina monolítica o una torre futurista. Un diseño del arquitecto Ludwig Godefroy, explica que, aunque su poderoso exterior pueda resultar llamativo, es el resultado de necesidades funcionales. Nada en este proyecto es aleatorio y todo ha sido cuidadosamente planeado para cumplir un propósito.
“Cuando la diseñé, pensaba en la casa en términos prácticos, pero también como una estructura utópica; pensaba en la Ciudad Ambulante de Archigram, en el Castillo en el Cielo de Miyazaki o en [el movimiento de posguerra del] Metabolismo Japonés. Es algo entre la utopía y la realidad”.
Casa Alférez es el refugio de fin de semana de un padre y su hijo que viven y trabajan en la capital mexicana. Conocieron a Godefroy mientras trabajaba en el hotel Casa TO de Puerto Escondido, a través de un cliente de ese proyecto, y enseguida congeniaron. El padre ya estaba creando esta escapada en un terreno arbolado a una hora en coche de Ciudad de México (Alférez es el nombre de la región en la que se ubica el proyecto). Godofredo es conocido por su uso de materiales en bruto. Trabaja con concreto, piedra y madera en la mayoría de sus proyectos.
Todo el cubo está algo elevado para salvar la pendiente del terreno, pero también para proteger la casa de la humedad del suelo. Una losa en ángulo marca la entrada, al tiempo que la protege. Estos gestos dan alegría al volumen monolítico.