El incremento de adultos mayores en el tiempo ha sido tal, que en el año 2018 las personas mayores de 65 años superaron en número a los de cinco, siendo la tendencia de este segmento poblacional un crecimiento mayor al resto. Se estima que para el año 2050, una de cada seis personas en el mundo tendrá más de 65 años.  En cuanto al contexto de Latinoamérica y el Caribe, esta tendencia se mantiene, proyectándose para el 2050 un 25, 1% de personas mayores, sin embargo, en Chile, este incremento se da de manera más acelerado, proyectándose para esa misma fecha que esta población representará un 32% equivalente a 6.430.169 personas, según la CEPAL. Según datos de la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) 2017 en el 41,7% de los hogares chilenos vive una persona mayor y alrededor de un 18,9% vive sola, cifra que va en aumento. Por otro lado, el 22.1% de adultos mayores viven inmersos en una situación de pobreza multidimensional a nivel país. 

El prototipo Casa Alegre 97 se sitúa en la zona de Paine en Santiago de Chile y aborda el caso particular de una persona mayor en vulnerabilidad, la señora Francisca Córdova. Es un sector urbano, pero aledaño a antiguas zonas agrícolas donde aún es común ver álamos y acequias. La señora Francisca padece de enfermedades que limitan su movilidad, lo que dificulta su desplazamiento en una antigua vivienda de emergencia entregada posterior al terremoto de 1985.  

La casa se relaciona, en una parte, con trozos del mundo rural: el uso de la madera en la estructura, en los revestimientos y en las barandas como piezas y varas de eucalipto. Los espacios buscan amplitud, respondiendo a la accesibilidad universal. La altura, en los porches de acceso y en el comedor – cocina -estar, como una forma de jerarquizarlos. El diseño aborda una situación particular, pero sin duda, el objetivo es el de prototipar una vivienda y una forma de gestión que sirva para la realidad de muchos adultos mayores vulnerables.