“¡Un pequeño milagro!”, dijo Massimo Bottura en la conferencia de prensa de la cafetería Gastromotiva en el día de su inauguración en Lapa, Río de Janeiro.
No se refería a la comida, sino al calendario de construcción del proyecto, cuyos 450 metros cuadrados se construyeron en solo 55 días. Esta combinación de restaurante y escuela es el resultado de una asociación entre Massimo Bottura, elegido mejor chef en 2016, la crítica gastronómica Alexandra Forbes y la ONG Gastromotiva, dirigida por el célebre chef David Hertz. Juntos, formaron un equipo creativo que incluía a Vik Muniz, Maneco Quinderé, los hermanos Campana y METRO, quienes fueron los responsables de la arquitectura, el arte y el diseño de este nuevo entorno.
La cafetería se inspiró en la iniciativa “Food for Soul” de Masimo Bottura, que apunta a combatir el desperdicio de alimentos a nivel mundial mediante la transformación de productos que podrían haber sido descartados en comidas sofisticadas y nutritivas.
El sitio elegido para el proyecto, entre los Arcos de Lapa y Aterro Do Flamingo, fue donado por la ciudad y tiene una gran población sin hogar que será elegible para una cena gratis como parte del proyecto, mientras que los invitados pagarán los ingresos durante la hora del almuerzo.
Ubicado en el borde de una pequeña plaza y junto a una de las principales avenidas de la ciudad, el restaurante fue diseñado para reforzar las conexiones con estos espacios públicos y la comunidad circundante.
La cocina ocupa el centro de un sitio largo y estrecho, de 50 metros de longitud y 6 metros de ancho. Un solo volumen alterna entre espacios de altura simple y doble y tiene generosas aberturas en la carretera y la plaza vecina.
El edificio está revestido con paneles de policarbonato translúcido que aseguran que el restaurante se sienta acogedor y accesible para todos. La paleta de materiales es de acabados auténticos e industriales que se encuentran comúnmente en el área, lo que resulta en una estética honesta y sin adornos que celebra los elementos y servicios esenciales de la construcción. En este entorno, se invitó a chefs de todo el mundo a crear deliciosas comidas con el excedente de los Juegos Olímpicos de 2016, que ofrecen alimento con dignidad y belleza a las personas en situaciones sociales vulnerables.