En la 19ª Bienal de Arquitectura de Venecia —cuyo tema curatorial, Intelligens. Natural. Artificial. Collective., articula una mirada compleja hacia el futuro— el Pabellón de Dinamarca se presenta como un sitio en construcción. O mejor dicho: en reconstrucción. Bajo el título Build of Site, el arquitecto Søren Pihlmann transforma el pabellón nacional en un laboratorio abierto que no muestra una obra concluida, sino un proceso en curso. Una arquitectura que no se impone, sino que se ensambla, se reinterpreta, se repara.
La propuesta parte de una premisa tan provocadora como urgente: ya hemos creado todo lo que necesitamos. La arquitectura del futuro —parece decir Pihlmann— no radica en diseñar más, sino en mirar de nuevo lo que ya tenemos. El pabellón, compuesto por dos edificios históricos de 1932 y 1958, no recibe una intervención ornamental ni un montaje expositivo: se convierte en su propio experimento. Se desmonta y se reconstruye con sus propios materiales, entendidos ahora como un recurso a estudiar, repensar y transformar.
La muestra no se limita a hablar de sostenibilidad; la practica en tiempo real. Cada clavo extraído, cada viga reutilizada y cada unión refabricada forman parte de un ciclo que invita al visitante a presenciar los métodos de una arquitectura regenerativa, basada en el aprovechamiento de lo existente. Un enfoque que desmantela nociones convencionales de valor, proponiendo que los materiales no pierden utilidad, solo esperan ser redescubiertos. Build of Site se estructura como un campo de pruebas técnico y estético, en el que las tecnologías digitales y los saberes artesanales conviven. La colaboración con universidades como la Real Academia Danesa, la ETH Zürich o la Universidad Técnica de Dinamarca, junto con especialistas en materiales y artesanos locales, evidencia una arquitectura interdisciplinaria y abierta: un código compartido para un porvenir común.
El pabellón se convierte así en una instalación viva, que modifica el tiempo expositivo tradicional al proponer que lo que se muestra es el proceso y no el resultado. Frente a la arquitectura como espectáculo, Dinamarca presenta la arquitectura como acto, como gesto colectivo que escucha, registra y responde al sitio. En un momento en que los discursos sobre inteligencia artificial y tecnología dominan la conversación, el Pabellón de Dinamarca propone una inteligencia más silenciosa y radical: la de saber detenerse, mirar lo que hay, y hacerlo hablar de nuevo. Así, “Build of Site” no solo es un experimento sobre materiales, sino sobre las posibilidades de la arquitectura como acto de cuidado, como arte de la continuidad, como práctica de reparación.
Un terreno en construcción. Una lección abierta. Una arquitectura que, más que mostrar, pregunta: ¿y si lo verdaderamente nuevo fuera aprender a construir sin destruir?