Con el propósito de responder, por medio de la arquitectura, a la filosofía “Reggio Emilia” y de integrar en el programa esta pedagogía, el lenguaje arquitectónico de Beelieve logra añadir espacios clave para la creación de contextos educativos dinámicos y sensoriales, que hacen de este proyecto un elemento icónico entre los edificios escolares en la ciudad de Guadalajara.
Beelieve invita a los usuarios, a través de su diseño inclusivo, a recorrer y explorar el espacio, a descubrir nuevas dinámicas por medio de la experimentación e interacción con la naturaleza, donde pequeños huertos generan una relación entre espacios interiores y exteriores que permite el contacto con la vegetación, elementos que forman parte del desarrollo integral de los niños.
Es en la planta baja del edificio se configura un jardín con huertos y juegos infantiles, el cual se extiende hacia el Parque Colomos, de esta forma se genera la percepción de continuidad del bosque adentrándose al espacio. Reforzando la idea de la integración de la naturaleza, en el acceso principal, se ubica un gran árbol que atraviesa la cubierta y da la bienvenida a los niños y padres a su llegada.
En el patio central, una cubierta definida por un gran vano circular define geométricamente el espacio y busca crear un vínculo de unidad entre los niños de diferentes grados y aulas. Los espacios no solo se destinan a una actividad específica, sino que estos son flexibles y dinámicos, así es como el espacio se convierte en una herramienta más que contribuye a generar un entorno adecuado para el aprendizaje.
A través de un circuito de rampas lineales, se puede acceder a los tres niveles del edificio y recorrerlos de manera segura y expedita. El uso de materiales de bajo mantenimiento (aparentes y elementales) tales como el concreto, el ladrillo y la madera, hablan de la honestidad y la estética del espacio.
Los espacios y sus muebles están codificados por colores para que cada grupo o atelier tenga su propio color identificable. La selección de los colores son protagonistas en las aulas y fueron seleccionados en base a la colorimetría y la historia de la jerarquía de los colores.
Para adaptar los espacios con el desarrollo de los niños, configuramos los muebles modulares con metodologías de ergonomía y usabilidad, adecuadas para las diferentes etapas del crecimiento. Esto implicó que las medidas y dimensiones de los muebles diseñados fueran adecuados para la interacción de los niños con los productos y las diferentes áreas de aprendizaje como mindfulness, matemáticas, construcción, ciencia, arte, entre otros.
Tanto la arquitectura como el diseño de interiorismo se converge con la pedagogía de Reggio Emilia, dando lugar a un entorno educativo lleno de armonía que despierta en los niños diferentes experiencias emocionales y sensoriales por medio de la materialidad y la naturaleza.