Obras

Adela

Adela

Nombre del proyecto

  • Adela

Arquitectos

  • Faci Leboreiro | Carlos Faci, Marina Leboreiro

Página web

  • facileboreiro.com

Iluminación

  • Avant Group

Ubicación

  • Guanajuato, México

Superficie

  • 400m2

Fotografía

  • LGM Estudio

Fecha

  • 2020

Presentado por:

Sobre lo que anteriormente era una cancha de frontón se edificó este restaurante, donde honrar el origen y la esencia del folclore mexicano es el eje de diseño sobre el cual se creó este proyecto.

“Allende – cocina de origen”, busca crear una experiencia donde la gastronomía mexicana destaque por medio de la honestidad de los ingredientes y la autenticidad de los platillos. Por ello, el concepto parte de una reinterpretación de la arquitectura colonial local, donde la franqueza de los materiales naturales y elementos tradicionales hablan por sí mismos, en un espacio sin pretensiones donde nuestras raíces se elevan a crear una experiencia sensorial del folclore mexicano contemporáneo.

Se diseñó una sobria fachada en mampostería de piedra de la región, interrumpida únicamente por el portón de acero que da acceso al vestíbulo- un espectacular espacio en doble altura, donde el primer remate visual es un telar escultórico diseñado por la artista Mariella Motilla. A su vez esta recepción está abrazada por un exuberante jardín donde destaca una jacaranda – visible desde todos los puntos del restaurante – que fue respetada desde el inicio del proyecto para contemplarse en el espacio interior.

Al subir por la escalera de placa de acero y madera, sorprende el cambio de escala y las dimensiones del restaurante, donde el largo de 40 metros del predio es inimaginable desde el exterior. La sencillez en el diseño del espacio interior se basa en la repetición de vigas de madera – elemento que se retoma de los techos de las antiguas casonas de Guanajuato – las cuales bajan por el muro y recorren todo el espacio, enfatizando así la dramática perspectiva que se genera y permite a la espectacular vista panorámica ser el punto focal del proyecto y el disfrute de los comensales.

Nuestro elemento favorito es el pasillo que comunica hacia la cava de vinos, un túnel donde bajan las vigas de madera, como si de una gran celosía se tratara. El recorrido se vive de manera dinámica por un lado gracias a la vista a la jacaranda, y por el otro al descubrir los entrepaños de placa de acero sobre los cuales se exhiben artesanías locales como molcajetes, catrinas y vasitos de barro. El sol convierte mágico este recorrido, cambiando el espacio a lo largo del día con el juego de luces y sombras que se generan.

Llegando a la cava se generó un privado con vista al jardín interior: un íntimo espacio donde catar los vinos bajo la tenue luz de la vibrante lámpara textil que ondea sobre la mesa de madera de parota.

Todo el mobiliario y elementos decorativos son de fabricación nacional y artesanal, destacando los cojines hechos en telar de cintura, las lámparas de barro negro de David Pompa, los candiles textiles de Mariella Motilla y todas las artesanías locales que decoran el espacio, adquiridas en los pueblos vecinos.

Este ejercicio se convirtió en un aprendizaje para descubrir una vez más el enorme potencial que tenemos en nuestro país, donde la delicada mano artesana debe ser un orgullo y ser enaltecida a través de nuestros proyectos, para compartirlos con todo el mundo, así como México nos abre sus brazos y su corazón.

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