El proyecto se inicia a raíz de una convocatoria pública del Ayuntamiento de Barcelona para la cesión de uso del terreno ubicado en el barrio de la Marina del Prat Vermell calificado como VPO con derecho de superficie en favor de cooperativas de vivienda durante un mínimo de 75 años. La autopromoción y la posterior gestión colectiva por parte de la cooperativa Llar Jove Marina Prat Vermell SCCL puso en supuesto la participación de los 32 vecinos en el proceso (de diseño, construcción y uso) generando la oportunidad de conocer y proyectar de forma conjunta sus necesidades concretas, apostando por la dimensión comunitaria como uno de los valores principales.
La volumetría marcada por él Planeamiento define la alineación a viales y dos alturas de 4 y 8 plantas. El edificio resuelve la esquina vaciando el centro del volumen, generando dos barras de diferente altura con cuatro patios entre ellas. En cada planta la pasarela de acceso a las viviendas se formaliza en un único eje longitudinal que conecta con el núcleo de escalera y ascensores. Estas pasarelas propician las relaciones y se convierten en un espacio de transición entre la comunidad y la vivienda. En un punto intermedio de este recorrido, la cubierta del edificio de menor altura funciona como terraza-jardín comunitario y dota a la edificación de un espacio verde de calidad. En planta baja se accede desde la calle Ulldecona, por un pasaje exterior que conecta con el espacio público del interior de la manzana a través de un patio para aparcar las bicicletas. Los locales para uso de la cooperativa ocupan el resto de espacios de la planta baja, acogiendo un espacio polivalente comunitario, una cocina-comedor y sala de estar para grupos, un espacio de trabajo (coworking), una lavandería, una sala de curas y un espacio de distribución de alimentos que es a la vez cooperativa de consumo (economato), todos ellos en torno a los dos patios que llegan hasta la planta baja.
La vivienda se entiende como una agrupación de espacios no jerarquizados. La disposición de una malla organizadora donde todos los espacios parten de una dimensión homogénea que configura el patrón para llenar o vaciar el edificio, agruparse a ambos lados de la pasarela y adoptar diferentes tipologías de vivienda de 1, 2 y 3 habitaciones en función del número de módulos empleados. En el interior de las viviendas, los espacios modulares se suceden desde el acceso hasta la fachada a calle. Agrupar, comunicar o cerrar las piezas son las opciones de uso que permite esta tipología flexible. Todas las viviendas tienen ventilación cruzada a través de los patios interiores, que permitirán a su vez introducir la luz y asoleo de orientación sur hacia el interior del edificio. El proyecto incorpora una serie de criterios de bioconstrucción, diseño saludable y eficiencia energética.