El crecimiento de la ciudad, hipotéticamente, tendría que suceder bajo ciertas normativas. Aún cuando estén involucrados intereses privados, los reglamentos que regularían las operaciones del desarrollo inmobiliario no están hechos para evitar el mercado de la construcción, sino para mantener al margen los desvíos de recursos que, de ser transparentes, estarían destinados a otros proyectos, así como la inseguridad de los obreros o de quienes habitarán el edificio una vez terminado. ¿Qué implica la proliferación de obras que no cumplen con las regulaciones inmobiliarias? Además de establecer, explícitamente, que el mercado tiene prioridad sobre los espacios, como si los espacios tuvieran que ser manipulados por una oferta y demanda que no obedece a los intereses de nadie salvo al de la construcción gratuita, se puede ver, desde la modificación del paisaje, cuáles son los intereses que hoy están en juego en la construcción de la ciudad.

Pero, hasta ahora, como ciudadanos comunes no contábamos con una manera legítima de identificar las construcciones que no mantienen la normativa. Si el desarrollo inmobiliario sucede en espacios que competen a todos, y comienza a ser un tema de interés público en la agenda tanto de activistas como de peatones, por lo tanto el desarrollo inmobiliario debería operar bajo el escrutinio público, aún cuando surja desde la iniciativa privada: el mercado ha logrado cruzar su práctica con agendas políticas, y si se trata de política tendría que competer a la ciudadanía.

La plataforma Obra Chueca, formada por las empresas Virk, Suma Urbana y Ruta Cívica, se presenta como una base de datos que marca sobre un mapa de la ciudad las construcciones enmarcadas en la corrupción. Sostenida en reportes ciudadanos, los cuales se filtran a través de una rigurosa verificación, Obra Chueca explica un paisaje urbano incipiente: negocios que no cumplen con los requerimientos de protección civil, restaurantes que obstruyen el paso peatonal, escaleras que invaden áreas comunales, estacionamientos que impiden a los vecinos que usan coche aparcar en sitios cercanos a sus hogares, y un largo etcétera. Obra Chueca busca posicionar en el interés público un tema como la inmobiliaria para hacerlo parte de las perspectivas políticas de quienes eligen a los alcaldes de la ciudad. La plataforma, como herramienta de denuncia, acentúa las desigualdades que, de un tiempo a esta parte, marcan las labores de construcción, pero pretende que la ciudadanía discuta sobre lo que sucede en la ciudad.

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