18 junio, 2018
por Arquine
La Escuela de Arte de Glasgow, Escocia, se fundó el 6 de enero de 1845 con el nombre Glasgow Government School of Design.Fue una de los veinte centros para aprender oficios que se fundaron en el Reino Unido entre 1837 y 1851 y que “buscaban mejorar la calidad del diseño de los productos del país mediante un sistema educativo que proveyera de entrenamiento en el diseño para la industria”. En 1897 se iniciaron los trabajos para construir el nuevo edificio, diseñado por Charles Rennie Mackintosh, egresado de la misma escuela. La primera parte del edificio se terminó en 1899 y la segunda diez años después. En su Historia crítica de la arquitectura moderna, Kenneth Frampton dice que en ese edificio, de granito gris local en tres de sus lados y “a pesar del abierto respeto de Mackintosh por el ladrillo, el vidrio y el hierro estuvieron presentes y abundantemente en los grandes ventanales de los estudios que, orientados hacia el norte, ocupan toda la longitud de la fachada principal. Al propio tiempo, y desde un punto de vista técnico, Mackintosh —como su contemporáneo norteamericano Franck Lloyd Wright— hizo toda clase de esfuerzos para añadir sistemas ingeniosos y modernos de control ambiental, como por ejemplo el todavía funcional de calefacción y ventilación a través de tuberías montadas en la escuela desde un principio”. El eficiente funcionamiento de esos ductos de ventilación resultaría finalmente trágico.
El 23 de mayo del 2014, media hora después de las 12 del día, cuando unos estudiantes trabajaban en el sótano con espuma expansiva, los gases inflamables que ésta desprendía generaron un incendio que rápidamente se propagó por los ductos de ventilación hasta llegar al último nivel. Dos años después se iniciaron los trabajos de restauración, que debían concluirse este año, para celebrar los 150 del natalicio de Mackintosh —nacido el 7 de junio de 1868. Pero el pasado 15 de junio, pasadas las 11 de la noche, se desató otro incendio, mayor que el de hace cuatro años. Más de 120 bomberos lo combatieron durante varias horas. El sábado, The Guardian reportaba que el sistema de rociadores contra incendios aun no había sido instalado después de los trabajos de renovación. El edificio de Mackintosh resultó muy dañado, aunque muchas piezas de mobiliario también diseñadas por él aun están en bodegas, donde se resguardaron durante los trabajos de restauración. Aunque aun es muy pronto para determinar qué tan afectada resultó la estructura, quienes suponen que se podría intentar una nueva restauración calculan una inversión de 100 millones de libras esterlinas, además del tiempo que se llevaría.