Inflexiones: convertirse en lo que aún está por ser
La edición 2024 de la Conferencia Internacional de Arquitectura tuvo su eje en las inflexiones que aún están por ser: [...]
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¡Felices fiestas!
19 junio, 2017
por Andrea Griborio | Twitter: andrea_griborio | Instagram: andremonida
Andrea Griborio: ¿Cómo abordar la propuesta para intervenir este pequeño gran espacio llamado LIGA, y que va a inaugurar con su intervención?
Mauricio Pezo: Nosotros la actividad que hacemos es construir proyectos entonces, una vez más asumimos la experiencia de la sala como un lugar dado para construir un nuevo edificio, una especie de máquina ideológica que nos sirva para concentrar lo que pensamos acerca de nuestra práctica y la arquitectura en general, es básicamente la construcción de un espacio, un museo ficticio que contiene 12 obras construidas o en construcción de nuestro estudio, dispuestas en una planta cuadrada con un circuito circular que permite desplegar la información a través de maquetas, fotografías y dibujos.
Sofía von Ellrichshausen: Es interesante, nosotros llevamos casi 10 años trabajando juntos y tener la oportunidad de mirar retrospectivamente nuestra obra y elegir algunas que tratamos de concentrar en la escala y buscar obras que condensen lo que hemos estado explorando durante esta casi una década. Siempre el tema de la representación en la arquitectura es complejo y como la arquitectura ocupa una posición física, el hecho de tener que trasladar la reflexión a otro espacio lejano como es México desde Chile, por supuesto tiene todas las complicaciones de traslados, de escala y de representación que supone ese ejercicio.
MP: Por tanto, hay un esfuerzo asociado a ese traslado, a ese traducción de la idea a una escala y después del traslado de esa escala a un lugar distante del lugar de fabricación.
SVE: Claro, porque obviamente uno no puede llevar las obras mismas, entonces siempre lleva alguna representación de esas obras y que trascienden al tema. De alguna manera a nosotros nos interesa con las obras buscar una discusión que también involucre a otros temas.
AG: ¿cómo en LIGA, un proyecto de arquitectura siempre tienes que representarlo de tres formas: espacio, imagen gráfica y narración?
MP: Sí, básicamente cuando construimos un proyecto, la construcción física de esa pieza siempre está acompañada en nuestro caso por una serie de descripciones de esa pieza a través de textos y a través de dibujos y a través de fotografías. La pregunta que nos hacía LIGA como evento inaugural era volver a mirar, era de alguna manera insistir en un formato convencional para nosotros, el de la construcción de una realidad y después la representación a través de otros formatos de esa misma realidad, es como mirar varias veces desde diferentes aristas la misma pieza, entonces ese texto y esos dibujos son parte de la misma construcción.
SVE: Con la diferencia claro que en el caso del proceso, los textos o los dibujos son parte de las herramientas que uno tiene para llegar a la obra, a la realidad física, en este caso esos textos y esos dibujos son en sí mismos una nueva realidad que construyen una obra.
AG: ¿Por qué “Ni más ni menos”?
MP: Uno de los problemas permanentes en nuestra práctica es la posibilidad de ser precisos con las piezas que producimos, de poder llegar a un momento en que entendiendo que los procesos son complejos en la arquitectura, las piezas que resultan de ese proceso creemos que deberían ser lo más simple posible, que deberían tratar de sintetizar de una manera muy precisa esa complejidad, ósea la arquitectura en general y sustancialmente, es compleja. La arquitectura no es simple, puede llegar a ser simple, nos interesa llegar a esa simplicidad pero también poder detectar hasta qué punto esa simplicidad es significativa, poder aspirar a consolidar ciertos valores profundos, valores humanos, por tanto la medida de esa simplicidad es muy frágil, está en un balance muy delicado entre que se puede pasar de cierto punto o puede ser insuficiente para conseguir algo. Esa condición de precisión de un proyecto, que puede llegar a un punto exacto, que no sea más de lo necesario pero que tampoco sea menos de lo que se necesita, eso es algo que cruza nuestra práctica, tanto en proyectos de arte como de arquitectura.
AG: ¿Cómo en la muestra se pueden ver esos valores que buscan consolidar?
SVE: Si, una segunda escala de esto es que también “Ni más ni menos” se refiere a un tema de nuestra propia práctica, que es una práctica muy pequeña. Nosotros estamos en Concepción una ciudad que es la segunda ciudad más grande de Chile, pero una ciudad Industrial muy alejada de todos los circuitos, con una clase media predominante. También hasta ahora nuestra obra ha sido muy pequeña. Son pequeñas casas, son pequeñas construcciones, creo que ese título también se refiere a cómo estas pequeñas intervenciones las hemos hecho con todo el cuidado que hemos podido desarrollar.
MP: La muestra recoge ese cuidado a través de un despliegue repetitivo, a base a usar la misma escala en todos los modelos, a la misma posición del modelo en relación a cada sala, a estas doce salas que recogen la muestra. Finalmente lo que un visitante podría encontrar en la exposición, más que una aspiración de tamaño o como cuando tratas de vender algún tipo de sentencia, de buscar seguidores o buscar una manera de mirar las cosas, estamos tratando de mostrar nuestra propia manera. Hay cierta intimidad en la muestra, que en el fondo es la manera como nosotros trabajamos y entendemos la arquitectura. La experiencia de recorrer la muestra es una experiencia íntima, muy cercana, muy corporal y también donde el ojo -básicamente por la proximidad que hay con los modelos – tiene que seleccionar la información en función de la profundidad de la sala, ese tipo de detalles para nosotros son relevantes.
SVE: También muy voluntaria, porque como decía Pezo, uno cuando mira dentro de estas salas, al poder hacerlo sólo a través de la abertura que permite la maqueta de la sala, que tiene cada una de estas salas cuatro accesos, cuatro puertas, pero de las cuales solamente se puede acceder a dos visualmente, el usuario, tiene que desplazarse y tratar de calibrar con el ojo, ir mirando dentro de la maqueta, entonces a diferencia de desplazarse físicamente con el cuerpo, que hay una consecuencia inevitable de estar en el espacio, en este caso es muchísimo más íntima, ya que la única parte del visitante que puede entrar en la muestra es el ojo.
AG: Esa experiencia íntima se manifiesta en todos sus proyectos arquitectónicos, ¿es algo que buscan?
SVE: Bueno el hecho de que nosotros estamos casados, que seamos pareja, creo que tiene mucho que ver con la manera de abordar los proyectos, de ninguna manera a diferencia de tal vez otros socios que se manejan en un ámbito muy profesional, sin embargo, en nuestro caso la relación que tenemos hace que la manera de abordar los proyectos sea sumamente cercana para ambos y constante, entonces tal vez eso refuerza.
MP: Sí, si eso lo trasladas al proyecto y finalmente a la obra, esa intimidad se podría entender como un cierto grado de familiaridad con las cosas, cómo nuestra manera de pensar la arquitectura está basada casi en una carencia de manera, entendiendo por manera ese diseño específico de algo. Nuestra producción está basada en la generalidad de las cosas, en ciertas estructuras formales que no son nuevas, que son demasiado genéricas como una planta cuadrada o una ventana en el centro de un muro. Esa manera creo que hace que, alguien que no es tan cercano a la arquitectura pueda tener la sensación de estar frente a algo muy familiar, muy conocido, pero a la vez, la manera en que está dispuesto produce otro tipo de relaciones, inusuales en conjunto pero en base a elementos muy tradicionales.
AG: ¿Cómo ha sido su trayectoria en el marco de la arquitectura en Chile?
SVE: En mi caso yo soy Argentina y estudié en Buenos Aires, nos conocimos y después me traslade a Chile, ahí empezamos a trabajar juntos. Creo que en este momento la arquitectura Chilena está en un muy buen punto, están pasando cosas interesantes, hay una situación social – tal vez no solamente en arquitectura – que hace que el mundo profesional funcione de muy buena manera.
MP: Sí, lo que nos pasa es que nuestra oficina está de alguna manera fuera de un circuito medianamente consolidado, es el circuito de la capital de Chile, eso nos ha dado muchas libertades, nos limita de cierta manera porque hay un contexto culturalmente muy deprimido, pero nos da mucho tiempo para tener una especie de investigación autónoma sobre lo que nos interesa mirar, tenemos suficiente distancia como para tener tiempo de seleccionar y poder estar. Hay algo que muchas veces nos preocupa, esa carencia de influencias culturales, lo opuesto de Buenos Aires, Ciudad de México o Londres, donde hay una inyección permanente de energía, pero, por otro lado, lo que nosotros recogemos como valioso de este contexto es que hay una ingenuidad asociada, un silencio asociado a esa carencia, y que, finalmente ese silencio, ese espacio, nos permite a nosotros generar nuestro propio sonido con lo que nos interesa pensar.
SVE: Sin embargo, tenemos la suerte de viajar seguido, ahora hemos estado haciendo clases en Estados Unidos, también viajamos por charlas o exposiciones, entonces la parte del imput de la información la tenemos, nos damos el lujo de poder ir a exposiciones en Londres o en Buenos Aires y después volver a ese contexto con toda esta información, digerirla con tiempo y tener el silencio como para trabajar
AG: Para trabajar y, de cierta forma, encontrar ese punto de precisión, ese “Ni más ni menos” que hoy nos muestran en la Ciudad de México. Trasladándonos a otra exposición, quiero que cuenten un poco sobre la experiencia en la Bienal de Venecia de 2010.
MP: La muestra era parte de una convocatoria que hacía la curadora Kazuyo Sejima, el tema general de la bienal era “People meet in architecture”, la gente se encuentra en la arquitectura, cómo la arquitectura construye un soporte para una condición humana. En nuestro caso la convocatoria coincidió con un estado de decepción de nuestra práctica y de nuestra vida, de nuestra realidad, ocurrió justo en el momento en que tuvimos el terremoto en Chile, entonces nuestra respuesta también estaba condicionada por ese estado de emergencia. Nuestra presentación fue un montaje muy pequeño que simplemente quería insistir en la idea de cómo vemos nosotros nuestra propia práctica, a través de la construcción de objetos. La arquitectura fundamentalmente como la posibilidad de condensar en un objeto la mayor cantidad de valores posibles. La muestra básicamente era el despliegue de dos fotografías de gran formato con cajas de luz que mostraban un paisaje de dos proyectos, o dos casas, y frente a esa gigantografía estaba la construcción en hormigón de unas pequeñas maquetas que finalmente se separaban de ese contexto, y que, en esa tensión, esa distancia entre la maqueta de formato tridimensional y el formato dimensional de la representación fotográfica, generar ese contraste que pudiera dar cuenta de cómo finalmente un objeto en la medida que tenga esa concentración de valores, lo más precisos posible, tiene la capacidad de construir un contexto alrededor de él, sobre todo pensando que en el lugar donde nosotros trabajamos no tenemos ninguna posibilidad de pensar la estructura de ese contexto, porque nos supera, es demasiado complejo, está cargado con una serie de condicionantes políticas o económicas, que son problemas estructurales, dado que no podemos atender esa diferencia, esa corrección estructural, concentramos la energía en ese objeto, que sí tenga la capacidad de generar una influencia en ese contexto.
AG: ¿Segunda vez que vienen a México?
SVE: Juntos es la segunda, estuvimos aquí hace un par de años para el congreso Arquine que fue un gusto, lamentablemente en esta oportunidad como estábamos todo el día escuchando las charlas vimos poco de México, pero siempre es un placer volver, es una cultura exuberante, sumamente atractiva. Ahora nosotros volveremos a Estados Unidos, estamos ahí terminando un semestre en la universidad y luego de vuelta a Chile al otoño
AG: Para nosotros en un placer tenerlos aquí, un gran honor. Gracias por todo.
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