La ciudad requería un edificio que escapase de la apariencia habitual de la fábrica, el cliente, una fuerte identidad visual. El programa requería adecuar la planta de café, la oficina y las áreas públicas con degustaciones de café y pequeñas exhibiciones.
Como respuesta, un volumen similar a una caja de una planta se ajusta a los componentes del programa envolviéndose. Se mantiene alto para adaptarse al equipo y más bajo cuando es posible. Lo mismo ocurre con la oficina, el caparazón envuelve los espacios de trabajo, reunión y socialización dispuestos en pisos suspendidos en varios niveles. Los tres atrios llenos de vegetación y los numerosos tragaluces aportan luz natural a los espacios inferiores.
Desde la carretera, la masa monolítica sin aberturas visibles es objeto de curiosidad. Mientras que sus espacios internos están todos orientados hacia el parque y el cielo mediante dos terrazas.
La fachada totalmente de hormigón se pliega en geometría de doble curva. Su aspecto cambia a lo largo del día, siguiendo el movimiento del sol produciendo un juego de luces y sombras.
Un gran vestíbulo principal ubicado entre dos de los atrios verdes. Las plataformas de varios niveles para exhibiciones de café y salones se colocan a lo largo de las escaleras y rampas que conducen a la cafetería de degustación de café y los espacios de oficinas.