Luis Barragán, el epicentro | Hallazgos visibles (II)
¿Se puede ubicar el epicentro del universo barraganiano? Si fuera posible no sería relevante, pero las consecuencias que derivarían de [...]
1 marzo, 2012
por Oscar Ramírez | Twitter: Oo_inc
Satélite a mí me ha parecido siempre, aunque no lo había pensado
así, una sucesión de ruinas sucesivas. Se notan tanto las influencias
de arquitectos de segunda; se notan tanto, que estos arquitectos de
segunda no sabían qué hacer con todas sus admiraciones, y que las
volcaban de una manera muy indiscriminadaCarlos Monsiváis
La actual ciudad Satélite es un barrio que en la actualidad no se puede apreciar a pie, la intencionalidad de su trazo orgánico, se basó en el urbanismo propuesto por Herman Herrey (Alemania, siglo XIX) y por sí misma se configuro como una muralla diferenciadora de lo aledaño. Concebida por Mario Pani en el taller de urbanismo del arquitecto en 1954. El plan maestro fue desarrollado por los arquitectos José Luis Cuevas, Domingo García Ramos, Miguel de la Torre Carbó, Homero Martínez de Hoyos, Taide Mondragón, Miguel Morals y el ingeniero Víctor Vila. No se trata de un barrio urbano diseñado para la movilidad peatonal, su enfoque apuntó más al concepto de supermanzana y al sistema urbano de Herman Herrey de un “sistema vial giratorio continuo”.
Tampoco se convirtió en un reducto de arquitectura de autor, la altura promedio de sus edificios es de no más de 15 metros de altura, lo que propicia una continua horizontal en sus arquitecturas, apenas interrumpidas por circulaciones sinuosas y amplias. A partir del siglo veinte, la ciudad de México creció de forma desmedida. Hacia la cuarta década, el presidente Miguel Alemán Valdés generó con expectativas halagadoras el rumbo a la modernidad. Se reanudaron las grandes obras que cohesionarían al poco tiempo la ciudad, a dar el paso de una ciudad capital grande con poblados periféricos a una megalópolis. Uno de los rasgos más destacados de la ciudad, además de su cualidad “satelital” es el concepto de mayor calidad de vida a partir de un lugar apartado, exclusivo y segregado de la “otra” ciudad, la de México.
Según se rumora, en los primeros días de marzo se inauguraron las Torres de Satélite. Desarrolladas por Luis Barragán y Mathias Goeritz, el proyecto se deriva del encargo del mismo Mario Pani para realizar la entrada al nuevo suburbio. Las torres —que según el proyecto inicial serían siete— tienen las siguientes características:
Torre uno (roja), de planta triangular isósceles con cúspide hacia el sur, ubicada en el extremo sur del conjunto. Altura: 43.76 m y 14.88 m en planta.
Torre dos (blanca), de igual forma geométrica, 37.47 m de altura y 7.07 m en planta.
Torre tres (azul), ubicada al extremo poniente del conjunto, 36.14 m de altura y 13.47 m en planta.
Torre cuatro (amarillo), se ubica en el centro-norte del conjunto y
tiene un mayor desplante respecto las otras con 31.42 m de altura y 25.86 m en planta.
Torre cinco (blanco), con las mismas características de orientación, se ubica en el extremo norte y se desplanta con 53.89 m de altura y un triángulo con 11.93m en planta.
De ambos objetos, ciudad y torres, no se tiene un registro histórico de algún momento donde personalidades hayan cortado un listón rojo. En cambio, se tiene mucha información sobre el desarrollo dispar de las mismas. Lo que se mantiene en el ideario colectivo, es la pertenencia y coexistencia entre las dos, a pesar de las desfiguraciones urbanas del satélite.
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La cantidad de cosas que se han escrito sobre el tema Barragán son tantas y, en muchos casos, tan repetitivas [...]