México fue uno de los países que, a finales de los años 30 y principios de los 40, recibió con afecto a más de veinte mil exiliados de la Guerra Civil Española durante el gobierno del presidente Lázaro Cárdenas.

Este año se celebra el 75 aniversario del final de la Guerra Civil Española. Con motivo de esto, el pasado miércoles 14 de mayo se inauguró la exposición Presencia del exilio español en la arquitectura mexicana, curada y coordinada por Juan Ignacio del Cueto Ruiz-Funes.

Entre los exiliados, resaltan 76 arquitectos, ingenieros, constructores y artistas que desde su llegada se les reconoció su profesión y que aportaron a México su arte y talento y de los cuales se expone su trabajo.

La exposición se divide en tres partes que abarca distintos periodos de tiempo: la primera que incluye a los exiliados nacidos entre 1885 y 1890, que terminaron y tuvieron la mayor parte de obra en España y tras el exilio aceptaron pocos proyectos; la segunda los nacidos entre 1897 y 1903  que se titularon y obtuvieron poco experiencia en España y entre los que destacan Benlliure, Blanch y Madariaga; por último, la tercera generación los arquitectos, nacidos entre 1906 y 1911 y titulados durante el periodo republicano, desarrollaron su carrera profesional la patria que los adoptó, siendo la figura más destacada la de Félix Candela.

Candela resaltó por la exploración y construcción de paraguas y paraboloides, de diversas escalas, como las de los mercados de Coyoacán, la Iglesia el Altísimo o el Palacio de los Deportes, una de las obras más representativas del país. Sin embargo, también hubo otros arquitectos que realizaron aportaciones valiosas e, incluso, exploraciones de cascarones muy afortunadas. Arquitectos como José Luis Benlliure, autor de obras como el Conjunto Aristos y coautor de la Basílica de Guadalupe con Pedro Ramírez Vázquez; Ramón Mikelajáuregui, que junto con los arquitectos mexicanos Guillermo Rosell de la Lama y Joaquín Álvarez Ordoñez estuvo a cargo del Polyforum Siqueiros; o Antonio Tonda Magallón, que realizó la Iglesia del Divino Niño Jesús en compañía de José Luis Rincón Medina –obra que destaca por el uso de paraboloides– son otros nombres que merecen la pena recuperarse.

La exposición destaca el trabajo de estos arquitectos exiliados marco una época dentro de la arquitectura y construcción mexicana, adoptaron la patria y provocaron una influencia para diversos arquitectos mexicanos. Se menciona también el trabajo de artistas, escenógrafos, críticos, fotógrafos y profesiones afines que, junto a aquellos, contribuyeron a difundir la arquitectura moderna mexicana. La exhibición refleja estas historias a partir de láminas, maquetas y videos que, sin embargo, da una mirada algo breve.

La exposición permanecerá hasta el 3 de agosto de 2014 y como parte del Día Internacional de los Museos este próximo 18 de mayo a las 12 am se hará un recorrido especial por la exposición.