Espacio político: rave y cuerpo
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4 mayo, 2017
por Carlos Lanuza | Twitter: carlos_lanuza_
Langarita Navarro es un despacho joven de arquitectura basado en Madrid formado por María Langarita y Víctor Navarro, ambos profesores de universidades españolas, ganadores de numerosos concursos en los que proponen maneras diversas de ver el proyecto arquitectónico. María ha sido invitada recientemente como del ciclo de conferencias organizado por The Agency of Architecture en la Universidad Internacional de Cataluña, en Barcelona.
“Busto” y “pellejo” son dos categorías, relacionadas con la materialidad, con las que este despacho separa la arquitectura, como “una manera de ordenar el contenido del mundo material”. Esta visión permite clasificar ciertos elementos que forman parte de la arquitectura, lo que la convierte en una herramienta de trabajo con la cual operan. Por Busto se entiende lo “duro y perdurable” de la arquitectura, desde el punto de vista físico, aquello que es difícil de desgastar, pétreo. Es el esqueleto que aguanta el paso del tiempo, como la estructura portante por ejemplo. Pellejo, por otra parte, es aquello que acompaña al busto, que ayuda a adjetivarlo, que lo viste y es más efímero, que necesita de más cuidado. Es el toldo que genera sombra, la pintura que se cae con el paso del tiempo, estructuras temporales, todo eso que tiene una vida física corta.
Según la investigación que vienen desarrollando el busto ha ganado hegemonía en la enseñanza de la arquitectura, son los edificios clásicos, puros y desnudos bajo la luz. La arquitectura pellejo ha pasado más desapercibida, pero a pesar de eso existen registros de su presencia, ha seguido su evolución al margen de la del busto. Esta arquitectura pellejo se puede reconocer en el trabajo de mujeres que dejaron su impronta; como Lilly Reich por ejemplo, en su colaboración con Mies en el café de terciopelo y seda, o en la obra de Lina Bo Bardi o de Charlotte Perriand. Perdura en nuestra memoria porque también tiene la capacidad de impactar, de grabarse; de ahí el título de su conferencia.
Langarita Navarro ha creado espacios temporales en edificios emblemáticos como el Matadero en Madrid, y otro tipo de interveciones como el MediaLab, un edificio vecino del CaixaForum en la misma ciudad. Este último proyecto consistió en la reforma de una antigua serrería, uno de los primeros edificios construidos con hormigón armado en Madrid (busto), al cual se le fueron añadiendo elementos que actualizaban el espacio y lo dotaban de servicios (pellejo) para habilitar el edificio a sus nuevos usos. Estos ejemplos les han servido para ejercitar y poner en práctica esta teoría, y llevarla al límite y explotarla en otro tipo de proyectos, como las oficinas Daruan VC, también en la capital española.
María y Víctor proyectan desde este prisma, entendiendo los proyectos como una simbiosis entre ambas partes -ninguna sustituye a la otra-, pero separándolas y comprendiéndolas son capaces de darle nuevos atributos a los espacios en los que intervienen. Generan una reflexión sobre los ritmos temporales de la arquitectura, sobre cómo podemos reutilizar el busto para, a través de arquitecturas pellejas, volver a darle valor a esas estructuras antiguas, actualizarlas y dinamizarlas sin caer en metodologías caducas que pertenecen más a la inercia que al ejercicio creativo de la profesión.
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